lunes, 1 de marzo de 2021

Entrevista a los Ratones de Hangar uruguayos

Ratones de Hangar Tiger Moth
La restauración del Tiger Moth es hasta ahora una de los proyectos más complejos encarados por la AAMA. Cortesía: Antonio Bilhoto

En el predio de la Base Aérea I, ubicada al lado del Aeropuerto Internacional de Carrasco, se encuentra el Museo Aeronáutico "Coronel (Aviador) Jaime Meregalli". En sus instalaciones podemos encontrar una colección de 30 aeronaves, junto con modelos en escala, fotos, uniformes y otros elementos que cuentan la historia de la aeronáutica en Uruguay.

El museo también es el hogar de un grupo de entusiastas llamado Asociación Amigos del Museo Aeronáutico (AAMA), aunque ellos se llaman a sí mismos "Ratones de Hangar". Este grupo de voluntarios trabaja sin descanso para mantener los tesoros aeronáuticos de Uruguay. 

No Barrel Rolls tuvo la oportunidad de dialogar con su Vicepresidente, Ricardo Varela, quien nos contó más sobre las actividades del grupo.


No Barrel Rolls: ¿Cómo se formó el grupo? y ¿Cuál es su principal objetivo? 

Ricardo Varela: La Asociación Amigos del Museo Aeronáutico (AAMA) surgió en el año 2005 por la iniciativa de un pequeño grupo de entusiastas de la aviación que se acercó al Museo Aeronáutico a disfrutar de su pasión, logrando que las autoridades les fueran permitiendo colaborar en la restauración de aeronaves (militares y civiles), en el asesoramiento en materia de fidelidad histórica, y en la clasificación de la voluminosa documentación con que cuenta el acervo del museo. La definición de nuestro objetivo es la Discusión, Divulgación y Conservación del Patrimonio Histórico Aeronáutico Uruguayo e Internacional en Poder de Nuestro País. 

NBR: ¿Quiénes lo conforman? Y qué aporta al grupo cada miembro? 

RV: El grupo está conformado por integrantes de las más diversas profesiones, actividades y edades. Contamos con médicos, abogados, pilotos militares retirados, aerotécnicos, choferes de buses, ingenieros agrónomos, estudiantes, empleados de empresas de carga, publicistas, ingenieros, informáticos, meteorólogos, etc. El aporte de cada integrante al grupo es libre, dentro de lo que cada uno considera que es lo mejor que puede dar, ya sean aptitudes manuales o intelectuales. Así tenemos especialistas en la historia de la aviación de nuestro país, destacados maquetistas, carpinteros, soldadores, restauradores de autos y aviones antiguos, pintores. 


Ratones de Hangar Tiger Moth
Ningún detalle del Tiger Moth fue dejado al azar. El equipo restauró cada componente minuciosamente utilizando documentación técnica para garantizar la exactitud histórica. Cortesía: Eduardo Luzardo



NBR: ¿En qué se encuentran trabajando en este momento? ¿Cuál fue el proyecto que más les gustó o disfrutaron? 

RV: En este momento el proyecto principal en el que estamos trabajando es la restauración para exhibición de un De Havilland DH-82 Tiger Moth de la década de 1930, que operó como avión instructor en la Aeronáutica Militar Uruguaya. Es tal vez el proyecto que más tiempo ha insumido y también el que más satisfacciones nos ha dado, ya que se ha conseguido llevarlo adelante gracias al apoyo de muchos amigos y compatriotas ubicados en distintos puntos del planeta. Otro proyecto culminado y que es motivo de orgullo es la restauración de un Curtiss Falcon SNC-1, que fuera seriamente dañado en un incendio que sufrió el museo en el año 1997. Este avión, hoy en exposición, es uno de los cuatro de su tipo que queda en todo el mundo. 

NBR: Sobre el Tiger Moth ¿Cuándo comenzó el proyecto? ¿En qué estado se encontraba la aeronave? 

RV: El proyecto de restauración del Tiger Moth comenzó prácticamente con el inicio de nuestra asociación. En los primeros años nos dedicamos a inventariar todos los elementos del avión con que contábamos, para luego procurar a través de contactos en todo el mundo, conseguir las piezas que estaban faltando. Así, a través del conocimiento que fuimos generando con asociaciones, museos y particulares, pudimos conseguir todos los elementos que nos faltaban. Estos vinieron de todas partes del planeta: Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra, Brasil, Chile.
El avión estaba en bastante buen estado en lo referente al fuselaje, aunque algunas partes de madera habían sufrido mucho el deterioro del tiempo. Faltaban las piezas que cubren la zona del motor y un elemento de gran importancia como son las cuatro semialas. Afortunadamente este avión no sufrió ningún daño a raíz del incendio que padeció el museo.


Ratones de Hangar Tiger  Moth Paint
El equipo del AAMA comenzó con la pintura del Tiger Moth, por lo que su restauración entró en su etapa final. Cortesía: Eduardo Luzardo


NBR: ¿Cuándo estiman que la restauración estará completa?

RV: Nuestra estimación era culminar este proyecto en este año 2021, pero debido al retraso que ha ocasionado la pandemia, no estamos seguros de alcanzar este objetivo.

NBR: Por lo que ví en su foro se encuentran trabajando en otras restauraciones al mismo tiempo: la del AT-11 y el Chipmunk. Dejando al Potez 25 y el FW.44 para más adelante ¿Es correcto? ¿Cómo hacen para coordinar los esfuerzos del grupo con tanto trabajo?

RV: Es correcto que también estamos trabajando en un AT-11, en un Chipmunk y últimamente hasta en un remolcador de aviones de la década del 70 que fue retirado de servicio; además de completar la pintura de marcas en algunos aviones expuestos y la restauración de maquetas y pequeños elementos que están preparándose en todo momento para su posterior exposición.
 
Trabajamos en grupos que se dedican a cada proyecto y muchos de nosotros participamos a la vez en más de uno, de acuerdo a nuestra habilidades y a lo que se precisa hacer en cada momento. Nuestro lema, tal cual lo enunció uno de los más experimentados restauradores del grupo, es que la restauración no es un gran trabajo, sino una suma de muchos pequeños trabajos. La clave es encarar cada proyecto paso a paso, sin prisa y sin pausa.


Ratones de Hangar Tiger Moth Dashboard
Panel de instrumentos del Tiger Moth listo para ser instalado. Cortesía: Eduardo Luzardo


NBR: ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan? 

RV: Los desafíos más grandes son atraer a nuevos voluntarios que se acerquen a la asociación para mantener e incrementar nuestro trabajo, y por añadidura obtener recursos económicos para poder llevar adelante nuestros proyectos. 

NBR: ¿Tienen contacto con otros grupos similares en Uruguay o en el extranjero? ¿Qué diferencia al grupo de otros? 

RV: A lo largo de los más de 15 años que cuenta la Asociación hemos estrechado vínculos con otras asociaciones similares dedicadas a la preservación y restauración, con otros museos aeronáuticos, como así también con personas vinculadas a la aviación en general. Con todos estos contactos hemos podido conseguir invalorables aportes de conocimiento y materiales que nos han permitido llevar adelante restauraciones que a primera vista parecían imposibles de realizar con nuestros medios. Tal vez la diferencia más grande es la disponibilidad de recursos con que cuentan, en otros países donde la aviación está mucho más desarrollada, las asociaciones similares a la nuestra. 


Ratones de Hangar Gipsy III
Dos ratones trabajan en el motor De Havilland Gipsy III del Tiger Moth. Cortesía: Eduardo Luzardo


NBR: ¿Cómo afectó la pandemia de COVID-19 a sus actividades? ¿Qué medidas tomaron para paliar sus efectos? 

RV: La pandemia redujo nuestra actividad, en función del aumento de casos de personas infectadas que se ha dado, y de la vulnerabilidad de cada uno. Se han adoptado las medidas sanitarias recomendadas de convivencia ciudadana, algunos compañeros han decidido trabajar para el museo en otro día al habitual, que es los sábados, otros han optado por hacerlo en su casa, y otros han decidido realizar una pausa hasta que la situación sea más favorable. 

NBR: ¿Cuáles son los planes a futuro para el grupo? ¿Qué proyectos les gustaría encarar? ¿Aceptan más miembros? 

RV: Seguiremos apoyando a la Fuerza Aérea Uruguaya en la gestión del Museo Aeronáutico, incorporando material histórico de valor para el acervo de la aviación uruguaya. Aún quedan muchos elementos salvados del lamentable incendio que sufrió el museo en el año 1997, con distinto nivel de daño, que debemos rescatar. Uno de los más importantes es un Potez 25 que era el único ejemplar de esas características que se conservaba, en un estado cercano al original, en el mundo. Siempre estamos abiertos a la incorporación de nuevos miembros: nuestra filosofía es que cada voluntario, en la actividad que le sea más afín, encuentre la manera de colaborar que le resulte más interesante. 

Ratones de Hangar Fw.44
El fuselaje del Fw.44 "Stieglitz" espera pacientemente su turno para ser restaurado. Detrás podemos ver el AT-11, el cual también esta en proceso de restauración. Cortesía: Eduardo Luzardo

NBR: ¿Cómo ven el futuro del ambiente de Warbirds en Uruguay? 

RV: En este momento el único avión que entra en esa categoría en Uruguay es un Texan T-6 que perteneció a la flota de la Fuerza Aérea, que fue adquirido y restaurado luego de su baja por un civil, y que hace unos años fue comprado por la FAU e integra el acervo del museo. Su estado de conservación y mantenimiento es perfecto y es volado en celebraciones oficiales y en festivales aéreos por pilotos militares. La realidad del desarrollo de la aviación en nuestro país hace difícil la existencia de warbirds en manos de civiles.

Es increíble como este grupo de voluntarios es capaz de llevar adelante tantas restauraciones en simultáneo, desde este blog no tenemos más que felicitarlos y desearles lo mejor; también queremos agradecer a Ricardo por cedernos su tiempo para la entrevista y también extender el agradecimiento a Eduardo y Antonio por las fotografías que ilustran esta entrada. 

Si desean ponerse en contacto con los "Ratones de hangar" pueden hacerlo a su mail: aamameregalli@adinet.com.uy o visitar su foro donde se puede ver el progreso de sus restauraciones.

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