De paseo por la Fundación Infante de Orleans

No hay un plan de fin de semana mejor que pasar un domingo entre biplanos, como el Fleet 2 (izq.) y el Stearman (der.). Fuente: No Barrel Rolls.

El domingo 5 de septiembre, y tras un año y medio suspendidas por motivos de la pandemia de COVID, la Fundación Infante de Orleans (FIO) dedicada a la conservación de aeronaves históricas, realizó una de sus exhibiciones aéreas, desde sus instalaciones en el aeródromo de Cuatro Vientos.

Como bien saben, la posibilidad de combinar un día soleado con una exhibición aérea resulta irresistible, debe ser lo mismo para todos los fanáticos de la aviación ahí fuera, por lo que No Barrel Rolls estuvo presente.

Sus origines se remontan a 1984 cuando un grupo de miembros del Club de Vuelo Acrobático José Luis Aresti crea una Sección de Aviones Históricos dentro del mismo. Esta idea, seguirá su camino hasta que en 1989, esta sección se separa creando la actual FIO. 

Actualmente, la fundación cuenta con 40 aeronaves muchas de las cuales fueron restauradas a condición de vuelo y como es tradición, realizada el primer domingo de cada mes una exhibición para mostrar algunos de dichos ejemplares. 

Como dijimos al inicio de este posteo, la pandemia de COVID-19 puso dichas exhibiciones en suspenso por más de un año. Las mismas tienen un cronograma definido, comenzando a las 10:30 con la habilitación de los ingresos, de 11:00 a 12:15 se realiza la exposición estática de las aeronaves que van a volar ese día, junto con una visita guiada a cargo de uno de sus miembros quién cuenta a los visitantes la historia y algunos datos curiosos de las mismas a los visitantes. A la 13:00 los aviones despegan y comienzan sus rutinas que dura hasta las 14:00 marcando el fin del evento.

En el caso de la exhibición del pasado domingo, la misma fue algo atípica. Las medidas de higiene demandaron que el aforo se redujera hasta el 60% por lo que solo se permitió el acceso a 1,458 visitantes por lo que las entradas debieron ser adquiridas con anterioridad.

Otra de las particulares, es que se establece un "corralito" en donde los visitantes pueden caminar alrededor de los aviones, pero en este caso no fue posible y las aeronaves estaban en la plataforma separadas por una valla de la audiencia.

Parte de la "grilla" del domingo, de derecha a izquierda: Chipmunk, Voyager, Mentor y Texan.
Fuente: No Barrel Rolls.

Al llegar, se pudo ver cuáles serían los aviones seleccionados para volar ese día y había bastante que ver. Empezando por un Stinson L-5 Sentinel completo con su librera del Día D, un Jodel D.119.S Compostela, un de Havilland DHC-1 Chipmunk, un Stinson 108 Voyager, un Beechcraft T-34 Mentor, un NAA T-6 Texan (la FIO pose dos ejemplares, pero uno se encuentra en reparación tras sufrir un percance en 2015); otro Beechcraft, esta vez un C-45, un Dornier Do-27 (CASA C-127) y un planeador Slingsby T-45 Swallow. 

En el lado izquierdo del vallado estaban las aeronaves más viejas, empezando por un Polikarpov Po-2, un de Havilland DH-60 Moth, un Bücker Bü 133 Jungmeister acompañado por dos Bü 131 Jungmann y finalmente dos clásicos biplanos norteamericanos un Boeing-Stearman Kaydet y un Consolidated Fleet 2.

El Sentinel de la FIO es veterano de la Segunda Guerra Mundial y su librera incluye las "Invasion Stripes". El Caribou ex-BDE se coló en la foto. Fuente: No Barrel Rolls.

A las 12:45 se pusieron los motores en marcha y las aeronaves rodaron una a una hacia la pista. Lamentablemente, el Bü 131 781*44 (registro EC-ETT) presentó una falla mecánica por lo que su piloto debío mirar exhibición desde el suelo. Los warbirds al igual que las personas se vuelven temperamentales con el paso de los años.

Los primeros en hacer su pasada fueron el Do-27 remolcando al Swallow. Tras separse, la piloto hizo una demostración excelente, recordando a todos que en aviación no siempre se trata de turbinas y velocidades arriba del Mach. A continuación llegó el momento de los clásicos de los 40 y 50, donde se pudo ver al Chipmunk, el Compostela, al Voyager, al Sentinel y finalmente al Texan haciendo sus demostraciones solistas. 

NAA T-6 Texan y Beechcraft T-34 Mentor luciendo exactamente igual que cuando servían como entrenadores en el EdA. Fuente: No Barrel Rolls.

Después de ellos, vendría el momento de los Beech, el C-45 y el Mentor hicieron varias pasadas en formación, sin duda un gran homenaje a la fabrica de Wichita. El público aplaudió la pasada final cuando el Mentor rompió la formación girando hacia la derecha.

Una nota aparte merecen los bomberos de Cuatro Vientos, quienes muy amablemente rociaron con agua al publico para mitigar el intenso calor. Aquellos que quedaron al alcance del cañón de agua de la motobomba se refrescaron unos minutos.

Ahora tocaba el turno de los instructores alemanes, ambos Bücker o "la profesora de primaria y la de bachillerato" como fueron apropiadamente llamados por el relator, hicieron varias pasadas en formación cerrada, liderada por el Jungmeister, con el Jungmann manteniendo su posición tras cada giro.

Por supuesto que la exposición de la FIO no estaría completa sin los biplanos. De izquierda a derecha: dos Bü 131, Bü 133, de Havilland Moth y Polikarpov Po-2. En el extremo derecho se puede ver al planeador Swallow. Fuente: No Barrel Rolls.

Claro que todavía faltaban los verdaderos old timers los cuatro biplanos, realizando varias pasadas en una formación liderada por el Stearman, seguido por el Moth y el Fleet con el Polikarpov cerrando la formación. Personalmente, fueron los que más me gustaron, personalmente creo que el Stearman debe ser uno de los aviones más lindos jamás fabricados; pero esa es mi opinión.

El broche de oro, lo daría un invitado especial, el múltiple campeón de acrobacia aérea Cástor Fantoba y su Sukhoi-26M dieron un espectáculo de vuelo acrobático freestyle, algo realmente impresionante.

El Su-26M de Cástor Fantoba, el múltiple campeón de acrobacia cerró la exhibición con una demostración de sus habilidades. Fuente: No Barrel Rolls.

Y así a las 14:00 la exhibición había terminado. Pero antes, el publico agradeció con un fuerte aplauso a los pilotos, técnicos y colaboradores de la FIO, todos ellos voluntarios quienes dan lo mejor para mantener estas aeronaves en condiciones de vuelo y desde este blog, no puedo más que agradecer y felicitar su esfuerzo y dedicación.