Modelo en escala del G-128E de Grumman armado con seis misiles Eagle. Notar el radomo de mayores dimensiones para acomodar el nuevo radar. Créditos de la imagen a quien corresponda. |
Al igual que una estrella fugaz, el programa Missileer pasó de ser el principal interés de la Armada a ser cancelado y archivado en materia de unos pocos años. Y durante el poco tiempo que el programa estuvo activo, Douglas con su diseño D-766 resultó ganador.
Lo interesante fue la participación del fabricante de aeronaves embarcadas por excelencia, Grumman, quien no habrá ganado el Missileer, pero a la larga fue uno de los grandes beneficiarios.
Al recibir la solicitud de propuestas en diciembre de 1959, Grumman ya estaba bastante involucrada con el programa Missileer al ser los principales contratistas de Bendix para el desarrollo del misil AAM-N-10 Eagle. Es más, la Armada había cedido a la firma un A3D-2P Skywarrior (BuNo. 144825) modificado para ser utilizado como banco de pruebas para el desarrollo del Eagle.
Grumman y Bendix trabajaron en tres maneras diferentes de integrar al Eagle, el radar AN/APQ-81 en una célula. La primera propuesta giraba alrededor de una aeronave supersónica biplaza y bimotor de líneas similares al F11 Tiger y con capacidad para cuatro Eagle. Debido a los requerimientos operativos del Missileer este camino fue rápidamente abandonado.
El siguiente concepto estaba basado en la célula del E-2 Hawkeye, con la denominación interna G-123F (originalmente, se utilizó la denominación G-151 cuando comenzaron a estudiar la idea en 1958). Esta aeronave conservaba los motores turbohélice Allison T56 y las alas del E-2, en un fuselaje nuevo con nuevos planos de cola con tres derivas y un radomo más amplio en la nariz para alojar el nuevo radar. La aeronave contaba con una bodega de armas con capacidad para hasta seis misiles Eagle. Finalmente, esta idea también fue descartada.
Modelo en escala del diseño G-123F, basado en el E-2 Hawkeye. Hasta seis AAM-N-10 Eagle podían ser llevados en una bodega de armas. Fuente: Grumman Archive. |
Tras descartar estas dos, los ingenieros de Grumman continuaron con dos ideas denominadas G-128E y G-128F; ambas basadas en otra reciente aeronave de la firma el avión de ataque e interdictor todo tiempo A-6 Intruder; siendo la primera la preferida y la que sería formalmente presentada para su evaluación.
Grumman presentó dos alternativas para el G-128E diferenciadas únicamente por el tipo de motorización. Una variante conservaba los Pratt & Whitney J52 originales del A-6, mientras que la otra incorporaba los novísimos TF30.
La incorporación de estos motores requería ciertas modificaciones en la célula debido al mayor diámetro de los mismos y esto se podía ver en los laterales del fuselaje donde los carenados donde se instalaban los motores aumentaron en tamaño al igual que las tomas de aire. También se puede observar que las raíces alares fueron ampliadas. El radomo fue modificado y ampliado para hacer lugar al nuevo radar. La capacidad era de seis misiles Eagle.
Tras ser presentada al Bureau of Aeronautics (BuAer) para su evaluación, la propuesta de Grumman fue calificada, junto con la de North American, como una con las peores características de vuelo.
Si bien, el uso de una aeronave en producción tenía su lógica ya que reducía el riesgo y el costo de desarrollo; había otro factor que le jugaba en contra a Grumman.
George Spangenber, Director de Evaluaciones del BuAer (Nota del autor: Si el nombre le resulta conocido, querido lector, es porque Spangenberg fue el que dijo que el XFV-12 no iba a volar) recordó así la propuesta de Grumman:
"Grumman había ganado varias licitaciones. Tenían el E-2 en marcha, el Mohawk en marcha y habían ganado el contrato del A-6. El Director de BuAer en ese momento era el Almirante Bob Dixon y el le dijo a Grumman de manera extraoficial que no creía que debían ganar el próximo contrato, que iban a sobrecargarse." La realidad es que Grumman había realizado una reestructuración interna, lo que les permitía optimizar sus procesos internos y les permitía tomar nuevos contratos.
De cualquier manera, Douglas se llevó el contrato, el cual terminaría siendo cancelado. Por un tiempo, la Marina exploró la idea de utilizar el A-6 de serie, pero con algunas modificaciones mínimas como para lanzar los Eagle, pero esto no pasó más allá de una expresión de deseo.
Los ganadores de rebote
Tras la cancelación del programa Missileer, su sucesor el TFX derivó en el General Dynamics F-111, y en la variante de caza interceptor de largo alcance embarcado para la Marina, el F-111B.
General Dynamics carecía de experiencia con aviones embarcados por lo que se asoció con Grumman para el desarrollo, recibiendo además un contrato para la producción de la sección trasera del fuselaje del F-111A de la USAF, junto con su tren de aterrizaje.
Para resumirlo, el F-111B no funcionaba; era demasiado pesado para operar desde un barco y su performance resultaba una decepción para la Armada. Con el programa en riesgo, Grumman comenzó a estudiar mejoras y alternativas a la aeronave, aprovechando que su participación en el TFX y su experiencia anterior le daban una buena idea de que era lo que quería la Armada y recibiendo un contrato para desarrollar un sustituto en 1966; dando origen a un nuevo caza con la denominación interna Model 303.
Finalmente, en julio de 1968 el programa F-111B fue cancelado y la Armada fue libre de perseguir el avión que querían, dentro del programa VFX o Naval Fighter Experimental. Tras evaluar varias opciones como el McDonnell Douglas Model 225 y el Vought V-507, el contrato fue para Grumman G-303; el cual entró al servicio como el F-14 Tomcat.
Si en los 60 la Armada tenía dudas sobre la capacidad productiva de Grumman, con la introducción del F-14 al servicio activo en 1974 esas dudas se habían despejado completamente, con los Tomcat compartiendo las cubiertas con los Hawkeye, Intruder, Prowler y Greyhounds; llegando al extremo entre los años 1986 y 1993 cuando el ala aérea embarcada CVW-2 del USS Ranger fue conocida como la "Grumman Air Wing" por casi no contar con aviones de otro fabricante.
Es seguro afirmar que si bien el G-128E nunca se construyó, Grumman fue el gran ganador de todo el programa Missileer. Pero esta saga estaría incompleta si no dedicamos un tiempo a los otros oferentes y eso será el tema del tercer y último posteo.
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