El Pucará protagonista de esta historia, el AX-04, con un torpedo Mk.13 instalado en el pilón central. Créditos: Archivo Fábrica Militar de Aviones. |
El primero de mayo de 1951, ocho A-1 Skyriders del VA-195 atacaron la represa de Hwacheon durante la Guerra de Corea utilizando torpedos Mk.13, logrando destruir sus exclusas. Este ataque fue el último realizado con este tipo de armamento en el Siglo XX.
31 años más tarde, y muy lejos de Corea, la idea de utilizar una aeronave como vector para lanzamiento de torpedos tuvo un breve "revival", en la forma de las evaluaciones realizadas por la Fuerza Aérea Argentina modificando un IA-58 Pucará para este rol. Esta es la historia del Pucará AX-04, el último avión torpedero.
Desde los años 60, el rol antibuque fue responsabilidad exclusiva del Comando de Aviación Naval (COAN), por lo que al estallido de la Guerra de Malvinas en 1982 la Fuerza Aérea Argentina (FAA) se vio obligada a realizar una tarea para la cual no tenía ni los medios, ni el entrenamiento adecuado.
Con el conflicto en curso, la FAA emprendió un programa con el objetivo de adaptar al FMA IA-58 Pucará de su tradicional rol COIN, al de torpedero siendo considerado por sus características de vuelo y porque operaba directamente desde las islas. Como armamento, se utilizó el torpedo Mk.13 de fabricación norteamericana. Los mismos provenían directamente de los arsenales navales, ya que fueron utilizados por los PBY-5A Catalinas del COAN y se encontraban almacenados desde la baja de estas aeronaves en los años 60.
El Mk.13 tenía toda una historia a cuestas. Siendo el primer torpedo diseñado exclusivamente para ser lanzado desde aviones producido en los E.E.U.U; medía 4.09 m de largo, 57 cm de diámetro y pesaba 2,216 lb (1,005 kg); de las cuales 600 lb (270 kg) eran de su cabeza de guerra de alto explosivo Torpex, siendo introducido al servicio en 1938; fue el el torpedo lanzado desde aviones más común en el inventario de la Armada estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.
El Pucará "aeronaval"
El 21 de mayo de 1982, aterrizó en la Base Aeronaval Comandante Espora de Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, el Pucará con registro AX-04 (n/s 009) perteneciente al Centro de Ensayos en Vuelo proveniente de Córdoba. Esta aeronave había comenzado su vida operativa como uno de los IA-58 de serie, con el registro A-509, pero luego fue asignado como célula de ensayo de armamento y sistemas.
Por su rol, AX-04, estaba pintado totalmente en blanco con patrones geométricos en rojo; facilitando su seguimiento por las cámaras que registraban los ensayos. Asimismo contaba con una cámara instalada en uno de los pilones para filmar la separación de los diferentes armamentos.
Mientras tanto, desde la Base Naval de Puerto Belgrano, llegaron un lote de Mk.13 los cuales fueron modificados con anclajes para ser fijados al pilón de armamento central del Pucará.
Sin mucho tiempo que perder, el 22 de mayo utilizando un torpedo de práctica, el AX-04 realizó un primer lanzamiento en un área demarcada por la Armada situada a casi 35 nmi (64 km) de Puerto Belgrano. Desafortunadamente, los manuales del Mk.13 se habían perdido; lo único que se sabía es que el ángulo en el cual el torpedo ingresaba al agua debía rondar los 20º.
Es así, que en este primer vuelo el AX-04 comenzó un picado a 20º, realizando la separación del torpedo a una velocidad de 300 kn (555 km/h) y a 328 ft (100 m) de altura; un poco fuera de los parámetros descriptos anteriormente, resultando en la destrucción total del Mk.13 contra la superficie del agua. Se hizo un nuevo intento al día siguiente, con la aeronave iniciando la maniobra con un ángulo de 45º, una velocidad de 250 kn (463 km/h) y a una altura de 656 ft (200 m); pero el resultado fue exactamente él mismo.
AX-04 listo para salir en un vuelo de prueba. Notar que el torpedo carece de las protecciones de madera vistas en las fotos de arriba. Créditos: Archivo Fábrica Militar de Aviones. |
Era claro que algo no iba bien; sin los manuales técnicos, no quedó otro remedio que recurrir a la experiencia de algunos suboficiales retirados que habían trabajado con esta arma. Pronto se descubrió que faltaban unas caperuzas de madera en la punta del torpedo, junto con estabilizadores del mismo material que habían utilizado los pilotos norteamericanos durante la Segunda Guerra.
Estos protecciones estaban pensadas para destruirse al tocar con el agua, pero ayudaban a reducir la velocidad del Mk.13, evitando que se destruyera tras el lanzamiento.
Una vez que estas partes fueron instaladas, se realizó un nuevo lanzamiento el 24 de mayo en las aguas del golfo de San José, en la costa de Trelew. En esta oportunidad, el torpedo fue lanzado desde una altura de 49 ft (15 m) en un vuelo recto y nivelado a una velocidad de 200 kn (370 km/h) teniendo un resultado exitoso.
Se lanzaron siete rondas inertes más, y tras confirmar los parámetros de lanzamiento, se realizó el primer disparo de un torpedo "vivo" el día 10 de junio en un área con aguas más profundas cercana a los acantilados al norte del puerto de Santa Cruz.
El AX-04 fue reemplazado por un IA-58 de serie (registro A-566), aeronave que realizó lanzamientos adicionales hasta el 14 de junio, fecha en la que tuvo lugar el último realizado en las cercanías de la Isla Pingüino cerca de Puerto Deseado.
Debido a la profundidad de las aguas circundantes, su ubicación y la irregularidad de su costa, la Isla Pingüino era ideal para llevar a cabo la última etapa de las pruebas y desarrollar las maniobras de aproximación, ataque y escape con total seguridad. Sin embargo, el proyecto quedó cancelado por la rendición de las tropas argentinas ese mismo día, siendo el punto final del Pucará torpedero.
Resulta interesante notar que mientras este ensayo se llevaba a cabo, se evaluó la posibilidad de utilizar al Pucará en tareas de minado del Estrecho de San Carlos, pero esto no paso más allá de una prueba en tierra.
El último torpedero
El Pucará era una gran aeronave para el rol que había sido desarrollado originalmente, el de apoyo cercano y COIN (COunter INsurgency); pero queda en el aire la duda sobre su efectividad como torpedero.
Podemos empezar analizando al torpedo Mk.13 en sí, el cual tuvo una carrera operativa larga pero con algunas complicaciones iniciales. Para 1942, cuatro años después de entrar en servicio, era claro que el mismo tenía una performance deficiente, en parte por su diseño. Tradicionalmente, los torpedos diseñados para ser lanzados desde aviones eran más cortos, pero más livianos que los lanzados desde embarcaciones; y si bien el Mk.13 era corto, resultaba muy pesado. Esto ponía a los aviadores en un terrible dilema. O volaban lento, para que la energía cinética no destrozase al torpedo contra el agua, exponiéndose al fuego antiaéreo; o volaban más rápido, pero corrían el riesgo de que el Mk.13 fallara durante el lanzamiento.
Durante la batalla de Midway, 35 de las 41 aeronaves torpederas que los empleaban fueron derribadas sin haber conseguido un solo impacto. Un estudio posterior, reveló que de 105 torpedos lanzados a velocidades por encima de los 150 kn (280 km/h), solo un 13% fueron exitosos.
Tomó un par de años y varias pruebas, pero para 1944 el Mk.13 mejoró su performance. La conclusión más importante fue que se necesitaba algo que frenara al torpedo tras el lanzamiento y que garantizara que la punta hiciera contacto primero. Esto se logró con la instalación de una caperuza de madera (que los marineros llamaban "pickle barrel" o barril de pickles), junto con protecciones al anillo de la hélice que hacían las veces de aletas estabilizadoras; las mismas que faltaban en las pruebas iniciales de la FAA con el Mk.13.
Estas modificaciones ayudaron a reducir la velocidad del torpedo al momento del contacto contra el agua, aumentando la efectividad del mismo y permitiendo lanzamientos desde los 800 ft (240 m) a velocidades de 300 kn (555 km/h), con un ángulo óptimo de ingreso de entre 22 a 32º.
El ángulo de ingreso era crucial. Si era muy bajo, el torpedo rebotaría sobre la superficie del agua; si por el contrario era muy ahusado, el Mk.13 se hundía hasta el fondo.
Tras superar los problemas iniciales, el Mk.13 se mantuvo en servicio activo hasta 1951 en la Armada estadounidense; pero era claro que el rol del torpedo como principal arma antibuque había sido superado por el misil.
Otro punto a considerar era el propio vector, es decir el Pucará. El alcance máximo del Mk.13 era de 6,300 yardas a una velocidad máxima de 33.5 kn (5,760 m a 62 mk/h), esto obligaba a la aeronave atacante a volar a 250 kn (463 km/h) y en pleno alcance de toda la batería antiaérea de la flota británica, compuesta por misiles como el Seaslug, Seacat y el Sea Skua; eso descontando la presencia de cazas Harrier y Sea Harrier.
Se puede especular que este modo de ataque se reservaría para buques de desembarco o los de apoyo; pero eso plantea la posibilidad de que los Pucará pudieran quedar expuestos a las baterías antiaéreas terrestres o a MANPADS como el Blowpipe.
Es cierto que la pista de Puerto Argentino, no permitía el uso de cazas a reacción como los A-4 o los Dagger, razón por la cual estos sistemas de armas operaron desde el continente, limitando su radio de acción y los "Pucas" eran los únicos vectores capaces de realizar un ataque contra la flota desde esta base aérea. A esto debemos sumar que la disponibilidad del medio antibuque más efectivo, el AM-39 Exocet, era extremadamente limitada; por lo que utilizar torpedos era una opción, al menos en apariencia, valida; aunque el riesgo al que hubieran sido sometidos los pilotos haría que la operación no valiese la pena.
¿Qué fue del AX-04?
Tras su evaluación como torpedero, el AX-04 fue devuelto al CEV, donde permaneció hasta ser desprogramado en septiembre 1992 y preservado en un deposito, donde permaneció por un año.
En septiembre de 1993, se inauguró en la ciudad de Rio Tercero, Córdoba; una rotonda en homenaje al 1º Teniente Mario V. Nívoli, piloto de A-4 derribado el 12 de mayo de 1982, estando dicha plazoleta dominada por el AX-04 sobre un pedestal; el cual fue pintado reproduciendo al IA-58 registro A-537 en el cual perdió la vida el Teniente Miguel A. Giménez, el 28 de mayo de 1982.
Esta aeronave histórica aun puede verse en esta ubicación, aunque en un estado de preservación lamentable; con la carlinga rota y ennegrecida, las insignias e indicaciones totalmente borradas por la exposición a los elementos y la falta de mantenimiento.
Aunque algo descolorida por el paso del tiempo, esta instantánea muestra el momento en el cual el torpedo ingresa al agua tras el lanzamiento. Créditos: Archivo Fábrica Militar de Aviones. |
Fuentes:
- Cicalesi, J. C. y Rivas, S. FMA IA-58 Pucará - Serie Fuerza Aérea #18. Bahía Blanca, Argentina: Nuñez Padin, 2010.
- Caballero, R. y Cater, P. The Pucará Story - White Series No 9121. Sandomierz, Polonia: Mushroom Model Publications, 2013.
- DiGiulian, T. (Mayo 17, 2021). Torpedoes of the United States of America - World War II. NavWeaps. Disponible en: http://www.navweaps.com/Weapons/WTUS_WWII.php
- Cettolo, V. (Agosto 03, 2021). El Pucará de Rio Tercero. Aviones en Argentina.
Disponible en: https://avionesenargentina.com/el-pucara-de-rio-tercero/ - Marino, A; Mosquera, J. y Cettolo, V. (September 14, 2021). The IA-58A Pucará Torpedo Bomber. The Latinamerican Aviation Historical Society.
Disponible en: https://www.laahs.com/pucara-torpedo-bomber/
EL piloto fue el Mayor Rogelio Marzialetti
ResponderBorrarHola, muchas gracias por el dato. Un saludo
BorrarEl Puca debió atacar los buques que bombardeaban a nuestras tropas con sus cohetes, nunca se intentó eso.-
ResponderBorrarEstimado Janelou,
BorrarMuchas gracias por tu comentario. En mi opinión, atacar un buque con una salva de cohetes FFAR de 70 mm no es una buena idea. Este armamento, con una cabeza de guerra pequeña de 8.7 lb (3.95 kg), sumado a una gran dispersión en el área de impacto, aproximadamente una cancha de fútbol americano, es decir 120 yardas de largo por 53 1/2 yardas de ancho (110 x 48.8 m); resultarían de poca utilidad.
El torpedo, aún uno con la reputación del Mk.13, es un arma mucho más efectiva para el rol antibuque.
Si hay algo que me gustaría destacar de esta historia, es que la FAA al momento de la Guerra de Malvinas, debió improvisar con lo que tenía para cumplir con una misión que no estaba considerada en su doctrina operativa y si había que llevar un torpedo, el "Puca" era el único avión en inventario que podía hacerlo.
Nuevamente, muchas gracias por leer mi blog.
Un saludo