lunes, 11 de agosto de 2025

Gatos por Capadocia. Cuando Irán intentó vender sus F-14 Tomcat a Turquía

What If Turkish Air Force F-14 Tomcat No Barrel Rolls.
Una imagen de lo que podría haber sido. Un Grumman F-14A de la Türk Hava Kuvvetleri (Fuerza Aérea Turca) sobrevolando su nuevo hogar. Se puede especular que, para no demorar más la entrada en servicio del caza, sus nuevos dueños conservaron el camuflaje "Asia Minor" de la IRIAF.
Ilustración digital creada por No Barrel Rolls, basada en el arte original de diversos autores.


Cuenta la historia que, cuando los reyes de la antigua Siam (actual Tailandia) deseaban castigar a un noble de su corte lo hacían con un regalo, un elefante blanco. Debido a que estos animales se los consideraba sagrados, los nobles no podían rechazarlos y estaban obligados a cuidarlos, incluso aunque eso los lleve a la ruina.

Seguramente en eso estaban pensando los líderes de la revolución iraní de 1979 cuando se encontraron, no con uno, si no con 79 elefantes blancos en la forma de los novísimos Grumman F-14 Tomcat adquiridos por el Sha los años anteriores.

Buscando una manera de salir del aprieto, intentaron vender las aeronaves, encontrando un interesado muy cerca de sus fronteras, la Fuerza Aérea Turca.



Al igual que un elefante albino, el F-14 Tomcat tiene un costo, y demandante, mantenimiento requiriendo entre 40 y 60 horas/hombre de servicio por hora de vuelo. En comparación, un F/A-18 Hornet requiere 20 horas/hombre y un F/A-18E Super Hornet entre 10 a 15 horas/hombre por hora de vuelo. Esto daba por resultado una aeronave con una hora de vuelo muy onerosa; sin contar los costos de adquisición de repuestos y los salarios de sus tripulaciones y personal de mantenimiento.

Tras el derrocamiento del Sha, el régimen de los ayatolá hicieron un minucioso inventario de los equipos con los que contaba la ex-IIAF (siglas en inglés de Fuerza Aérea Imperial Iraní), reconvertida en la nueva IRIAF (siglas en inglés de Fuerza Aérea de la República islámica de Irán) entre los que destacaban los Tomcat recibidos a partir de 1976.

Originalmente, mediante el programa "Persian King", los aviones fueron adquiridos para contrarrestar las incursiones de los MiG-25 Foxbat soviéticos sobre el territorio iraní. El total del contrato correspondía a 80 aviones y 714 misiles AIM-54 Phoenix a un valor total de U$S 2,000 millones (U$S 11.3 millones actualmente), el contrato de exportación de armas más grande en la historia de EEUU.

Al momento de la revolución, solo se habían recibido 79 cazas y 284 AIM-54, los cuales ahora se encontraban almacenados mientras el nuevo régimen decidía que hacer con ellos. Teherán canceló de manera inmediata todos los contratos pendientes con los EEUU; incluido los de apoyo técnico dañando seriamente el margen de operatividad del Tomcat. Tampoco ayudó mucho que gran parte del personal de la IIAF, especialmente los entrenados en el caza, fuesen apresados o exiliados tras las purgas en las fuerzas armadas.

Entre 1979 y buena parte de 1980, representantes de EEUU y del gobierno iraní mantuvieron conversaciones secreta sobre la posible recompra de los cazas F-14 de la IIAF, con la intención de reincorporarlos al servicio en la Armada o USAF, o revenderlos a terceros países como el Reino Unido o Arabia Saudí

La discusión sobre que hacer con los Tomcat fracturaba al gobierno iraní. Sadeq Tabatabaie (yerno del ayatolá Jomeini) y el teniente general Fallahi, se mostraron a favor de vender toda la flota a Estados Unidos; mientras que otros, como el teniente general Fakouri, comandante de la recién nombrada IRIAF, se oponían firmemente. El asunto llegó hasta el Congreso estadounidense, pero las negociaciones, que eran encabezadas por el propio ministro de defensa iraní, Ahmed Madani, se paralizaron tras la ruptura de relaciones entre ambos gobiernos provocada por la ocupación de la embajada estadounidense ocurrida el 4 de noviembre de 1979.

Cerrada la puerta para vender los cazas a su país de origen, Irán estableció conversaciones con Canadá. La Real Fuerza Aérea Canadiense (RCAF, por sus siglas en inglés) estaba en un proceso de reequipamiento buscando un reemplazo para sus vetustos McDonnell Douglas F-101 Voodoo. Habiendo descartado previamente el Tomcat debido a su alto costo de adquisición, la RCAF y el gobierno canadiense veían en la oferta de iraní una posibilidad de hacerse con el Tomcat a un precio interesante.

Pero "precio de amigo" era lo último en lo que pensaban los iraníes. Tras tomar del poder, el nuevo régimen buscaba reducir de manera drástica el tamaño de las IRIAF, poniendo en venta los sistemas de armas que se consideraban redundantes, a un precio bastante alto para concentrarse solamente en los McDonnell Douglas F-4 Phantom II y Northrop F-5 Tiger; con el beneficio adicional de hacerse así con una importante fuente de divisa extranjera que se necesitaba de manera urgente. Siendo la joya de lo que estaba en venta, la IRIAF solicitaba un alto precio por el Tomcat. Unos U$S 20 millones (U$S 88.5 millones actualmente) por caza, muy por encima del precio del mercado. 

El precio atragantó a los canadienses, querían el Tomcat pero no estaban dispuestos a pagar tanto. Esto disparó una serie de negociaciones al más alto nivel entre el Ottawa y Teherán, que iban dando sus frutos, logrando incluso una importante reducción en el precio; hasta que se hizo publico que seis miembros del personal de la embajada estadounidense lograron escapar del país con la ayuda del gobierno canadiense. Súbitamente las conversaciones se acabaron. Canadá mantuvo sus Voodoo en primera línea hasta 1984 momento en cual fueron totalmente reemplazados por los McDonnell Douglas F/A-18 Hornet.

Mientras los diplomáticos se movían, los F-14 iraníes esperaban pacientemente su destino en la base de Isfahán, juntando polvo y asándose bajo el sol. Cuando parecía que el futuro no sería prometedor, un potencial nuevo cliente apareció en el horizonte, Turquía.

Gatos por Capadocia

La Türk Hava Kuvvetleri (Fuerza Aérea Turca o TAF por sus siglas en inglés) puede vanagloriarse de muchas cosas. Por ejemplo, se la considera una de las fuerzas aéreas más antiguas del planeta, además de ser la tercera en tamaño dentro de la OTAN. Pero para mediados de los 70, estaba claro que se necesitaba una modernización de sus aviones de combate; especialmente tras la invasión de Chipre en 1974 donde quedó claro que necesitaban una aeronave capaz de interceptar aeronaves volando sobre el Egeo y el Mediterráneo Oriental, así como realizar ataques al suelo con munición moderna.

Tras la adquisición de Phantoms por parte de Grecia, solo hizo más apremiante este proceso de modernización. Sin embargo, la acciones en Chipre derivaron en un embargo de armas de parte de EEUU, su principal proveedor; por lo que el gobierno turco debió recurrir a proveedores no habituales. Adicionalmente, el país atravesaba una grave crisis económica por lo que la disponibilidad de fondos estaba seriamente limitada.

De la mano de la creación en 1973 de Turkish Aerospace Industries (TAI), se exploraron varias opciones para la adquisición de aeronaves completas o sus licencias de producción, como el Sepecat Jaguar o los aviones de entrenamiento avanzado Alpha Jet y MB339. No obstante, el avance más significativo en este proceso fue la adquisición de 40 cazas F-104S Starfighter provenientes de Italia.

Tras el levantamiento del embargo en 1977, Turquía pudo volver a adquirir cazas de segunda mano a los EEUU, como por ejemplo los F-4E del programa "Peace Diamond III", sin embargo la necesidad de cazas de última generación y altas prestaciones seguía sin ser plenamente satisfecha y la economía del país no permitía hacer grandes adquisiciones, hasta que apareció la oferta de los Tomcat iraníes. 


Turkish Air Force F-14 Tomcat high performance turn No Barrel Rolls
A alta velocidad y a baja altitud, este Tomcat turco realiza un giro de alta performance generando estelas de condensación. De haber entrado en servicio, se puede asumir que los F-14 lucirían el camuflaje en tonos de verde, marrón y arena que lucieron los F-4 de la TAF.
Ilustración digital creada por No Barrel Rolls, basada en el modelo 3D del usuario "TrickyJumbo" del foro DCS.


Sin demorarse mucho tiempo, la TAF contactó al Ministerio de Asuntos Exteriores para expresar formalmente su interés en estas aeronaves, llegando a oídos del gobierno iraní por medio de la embajada turca en Teherán.

Las negociaciones se iniciaron de forma casi inmediata. Debido a sus problemas financieros, Turquía propuso pagar las aeronaves mitad en efectivo y la otra mitad con productos industriales y agrícolas, todos elementos desesperadamente necesarios para Irán en ese momento. Ankara quería aprovechar de la buena sintonía que existía entre ambos países gracias a la firma de contratos para la importación de petroleo iraní firmados recientemente. 

Otras fuentes señalan que Turquía puso sobre la mesa, la prestación de servicios de mantenimiento, reparación y revisión para los F-4 Phantom II iraníes en los centros logísticos de la TAF ubicados en Eskişehir y Kayseri. Pero este último punto era el más espinoso ya que requería autorización expresa de los EEUU.

Mientras se acordaba el precio y la forma de pago, una delegación militar turca visitó Isfahán en septiembre de 1979 para inspeccionar de cerca los Tomcats. Según informes de la prensa especializada de la época, la intención de la milicia era reemplazar a los obsoletos North American F-100 Super Sabre de los escuadrones 111, 132, 162 y 171 con los F-14.

Al regresar a Turquía, los técnicos de la TAF comentaron que los cazas estaban en un estado de mantenimiento lamentable, necesitando al menos 18 meses para retornarlos a condición de vuelo, junto con una importante inversión en repuestos que no estaba previsto en la estimación original; algo que el país no estaba en condiciones de asumir en ese momento. 
Especialmente si se tiene en cuenta que el apoyo técnico de EEUU no estaba asegurado, por lo que la TAF hubiese recibido un elefante blanc, en lugar del caza de altas prestaciones que estaba esperando.

Tras desistir de la adquisición, Turquía inició conversaciones con Francia por el Mirage 2000 y con el Reino Unido por el Panavia Tornado. Estas últimas derivaron en un pedido de 40 ejemplares de Tornado GR.1 en 1984, pero el mismo no pudo concretarse ante la negativa del gobierno de Margaret Thatcher de proveer financiamiento.

En 1987, bajo el programa "Peace Diamond IV" se adquirieron 40 ejemplares adicionales de F-4E provenientes de los inventarios de la USAF, mientras perseguía en paralelo la adquisición del F/A-18 y F-16 C/D. Finalmente, este último sería seleccionado consiguiendo la participación de TAI en su ensamblaje local. La flota de F-4E fue reforzada con lotes adicionales de segunda mano adquiridos a Estados Unidos y Alemania. 

Turquía ha enfrentado durante mucho tiempo la necesidad crítica de un avión de combate de alto rendimiento y gran alcance. Si bien la modernización de su flota de F-4E por IAI al estándar "2020 Terminator" se concibió para cubrir esta deficiencia, no se implementó hasta finales de la década de 1990. 

Los iraníes por su parte y ante la imposibilidad de venderlos, decidieron conservar los Tomcat y recurrir a la canibalización, el mercado negro e incluso, la producción local para obtener los repuestos que permitiesen regresar varios ejemplares al servicio activo. 

Al estallar la guerra con Iraq, la IRIAF tenía doce F-14 activos, elevando ese número progresivamente hasta obtener una línea de vuelo de entre 50 a 60 aviones en el punto álgido del conflicto. El F-14 demostró valer su peso en oro, realizando misiones de interceptación de largo alcance y siendo la montura de varios ases, como el futuro General de Brigada Jalil Zandi con once derribos confirmados.
Quizás conservar este elefante blanco no fue tan mala idea después de todo.


Turkish F-14 Tomcat profiles
Una interesante selección de posibles libreras utilizadas por los F-14 de haber entrado en servicio con la Türk Hava Kuvvetleri.
Cortesía: Siyah Gri Beyaz.


Fuentes:

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