Pasar unos días en Londres puede ser una buena oportunidad para hacer muchas actividades interesantes. Algunos preferirán las vitrinas de Oxford Street, otros pasear por Hyde Park; pero para el fanático "aviateril", las islas británicas solo pueden significar una cosa; una visita a uno de sus bien surtidos y por suerte, abundantes museos aeronáuticos.
El Gatwick Aviation Museum, a pesar de su modesta colección, representa un punto de interés para aquellos que estén de visita por la capital inglesa y que quieran satisfacer su curiosidad aeronáutica por unas horas.
Localizado en el extremo del Aeropuerto Internacional de Londres Gatwick (IATA: LGW, OACI: EGKK), más precisamente el espacio que separa las cabeceras de las pistas 08R/L y el pueblo de Charlwood se halla el Gatwick Aviation Museum.
El museo se encuentra abierto de viernes a domingo de 10:00 a 17:00 y su entrada, al momento de escribir este posteo, es de £11. Llegar es relativamente fácil. El museo cuenta con un amplio espacio de estacionamiento a la entrada y está próximo a las paradas de los buses locales 21 y 22, los cuales se pueden tomar en la estación de tren del aeropuerto de Gatwick o en Crawley que es la siguiente estación. Tenga en cuenta que estos buses son locales por lo que tienen pocas frecuencias por lo que recomiendo revisar los horarios en su sitio web, mientras que el 22 no ofrece servicios los fines de semana.
El museo se estableció en el año 1987, cuando Peter Vallance, un hombre de negocios de la zona de Surrey, reunió una colección personal de objetos relacionados con la aviación. Apasionado por las historias alrededor de estos objetos, Vallance decidió convertir su colección en un museo abierto al público tres años más tarde en 1991. Su propósito fundamental era transmitir su entusiasmo por la aviación a la comunidad, esperando que el lugar que había creado sirviera de inspiración para las próximas generaciones.
La colección del museo está formada por 11 aeronaves completas, varios motores, uniformes y otros objetos que se encuentran repartidos entre dos edificios atendidos por los voluntarios quienes siempre están atentos a responder las preguntas de los visitantes.
Tras dejar el estacionamiento, el ingreso se realiza por la recepción donde se encuentra la boletería, los baños, una tienda de recuerdos y una pequeña cafetería que vende, además de bebidas calientes, snacks fríos como sándwiches y bebidas.
Con la entrada en la mano, el tour comienza con la sala dedicada a la historia de Gatwick, desde sus orígenes como una pista de carreras para caballos en el siglo XIX, pasando por su transformación en aeródromo a finales de la década del 20; hasta convertirse en la segunda terminal aérea más ajetreada del Reino Unido con un tráfico de 43,249,282 personas en el 2024.
(Nota del autor: Si el número no le dice mucho, querido lector, piense que el censo de 2022 arrojó que la población total de Argentina era de 45,892,285 de habitantes).
Esta sala también cuenta con una exhibición de uniformes y memorabilia de distintas aerolíneas que tuvieron a Gatwick como su hub, como Air Europe y Laker Airways, al mismo tributo a British Airways repasando su historia, junto con su aeronave más emblemática, el Concorde.
La visita continua en el Teatro Shackleton, que como su nombre indica, está dedicado al avión ASW Avro Shackleton y sus tripulaciones. La sala cumple las veces de cine en donde se proyecta una película creada por el museo para relatar la vida operativa de esta aeronave en la RAF, y no es para menos ya que entre las piezas más destacables de la colección se encuentra el Shackleton MR.3 (registro WR982) el cual tiene sus motores operativos y que se encuentra exhibido afuera.
Junto con la aeronave, el museo cuenta con algo más valioso, varios de sus voluntarios fueron tripulantes de esta aeronave y comparten sus experiencias con los visitantes.
Al salir del Teatro Shackleton, el visitante se dirige al hangar principal donde está el grueso de la colección, compuesta por aeronaves de la Guerra Fría, como un Hawker Sea Hawk FGA.6 (registro XE489), un Gloster Meteor T.7 (registro VZ638) con la insignias de la Fleet Air Arm, y un de Havilland Venom FB50 (registro J1605) ex-Fuerza Aérea Suiza el cual se encuentra en restauración.
Resulta difícil ignorar el de Havilland Sea Vixen TT.2 (registro XS587) que domina el centro del piso del hangar. Primero por su tamaño, con una envergadura de 15.54 m y un largo de 16.94 m es mucho más grande que un Eurofighter Typhoon; y en segundo lugar, por su librera de remolcador de blancos por lo que cuenta con una vistosa coloración amarilla y negra a rayas en la parte inferior, y la parte superior blanca con los extremos de las alas y derivas en naranja rojizo.
Flanqueando al Sea Vixen se encuentra la sección de nariz de un English Electric Canberra de las primeras versiones con la carlinga semicircular para el piloto, y un Hawker Hunter T.7 (registro XL591), uno de los pocos ejemplares de la variante biplaza sobrevivientes.
Al fondo del hangar se encuentra un trio bastante interesante. Empezando con el Hawker Siddeley Harrier GR.3 (registro XV751) que se exhibe junto con un motor Pegasus bajo una red de camuflaje que simula como la aeronave se vería si fuese desplegada desde una base de avanzada.
De manera sorprendente, el museo cuenta con uno de los prototipos de la barquilla EXINT desarrollada para ser utilizada en el Harrier siendo su principal cometido el transporte de una persona de manera urgente. La historia de este singular artilugio puede leerse en este posteo anterior.
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Una de las sorpresas más inesperadas de la visita. Un prototipo de la barquilla EXINT diseñada para el transporte de personal de manera urgente usando un Harrier. Fuente: No Barrel Rolls. |
Junto al Harrier otra aeronave emblemática de la RAF durante la Guerra Fría. Se trata de un English Electric Lightning. El ejemplar de la variante F.53 exportada a Kuwait y Arabia Saudí (registro ZF579) en excelentes condiciones y sus motores plenamente operativos, los cuales son encendidos para el público en fechas especiales.
El último avión que puede verse aquí es, justamente, la más reciente adquisición del museo un Sepecat Jaguar GR.1 (registro XX967). Tras un largo servicio en la RAF, el caza fue destinado como material didáctico en la base de Cosford hasta su baja definitiva en 2023, siendo programado para su desguace. A mediados de abril de 2024, previa petición al RAF Heritage, el museo pudo hacerse con XX967 el cual llegó parcialmente desmontado a mediados de ese mismo mes.
Antes de abandonar el hangar, vale la pena detenerse a admirar la colección de motores de todas las épocas que se encuentran en los laterales, pudiendo identificar un Rolls-Royce Spey, un Armstrong Siddeley Double Mamba (como el utilizado en el Blackburn B-54/B-88) y un Rolls-Royce Olympus 320; entre otros.
Adicionalmente, hay una pequeña exhibición dedicada al Avro Lancaster con la cúpula de una de las torretas defensivas y varias vitrinas con modelos en escala; incluida una con la evolución del Harrier junto con una cabina de Lightning y unos asientos eyectables.
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English Electric Lightning F.53 (registro ZF579) con las insignias de la Real Fuerza Aérea Saudí exhibido con dos misiles de Havilland Firestreak. En días especiales, el museo enciende los motores Avon de este increíble interceptor.
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Adyacente al hangar, se encuentra un espacio pensado para los más pequeños, pero que cuenta con exhibiciones que resultaran interesantes para los no tan pequeños, como es el caso de un Robinson R22, el cockpit de un Britten-Norman Islander y una maqueta a escala natural de la cabina de primera clase de Virgin Atlantic utilizada para entrenar a la tripulación de cabina y que permite dar una idea a los visitantes del museo del grado de confort de esta configuración. Junto a ella, se encuentra la barra de bar de Virgin Atlantic que fue parte de la utilería utilizada en el rodaje de la película "Quantum of solace".
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Blackburn Buccaneer S.1 (registro XN923). Este ejemplar pasó gran parte de su vida como célula de desarrollo por lo que el radomo fue reemplazado por uno desmontable facilitando la instalación de diferentes equipos en la nariz. Fuente: No Barrel Rolls. |
Dejando atrás este espacio, es hora de visitar las últimas exhibiciones del museo que se encuentra en el espacio abierto detrás de los edificios. Empezando por un motor General Electric CF6 completo con su carenado proveniente de un McDonnell Douglas DC-10, junto a un Blackburn Buccaneer S.1 (registro XN923). Este avión tiene una historia particular, ya que se trata del segundo ejemplar de producción de la variante S.1, equipada con de Havilland Gyron Junior 101, y que pasó gran parte de su vida como célula de desarrollo en el Royal Aircraft Establishment en Farnborough, siendo uno de los pocos Buccaneer de las primeras versiones que se conservan.
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Hawker Siddeley Harrier GR.3 (registro XV751) luce las insignias del No.3(F) Squadron, completo con una red de camuflaje para simular como se vería la aeronave desplegada desde una base de avanzada durante la Guerra Fría. Fuente: No Barrel Rolls. |
Cerca del Buccaneer se encuentra un Percival Sea Prince T.1 y más allá, la aeronave que se podría considerar la joya de la exhibición, el Shackleton. El interior de la aeronave se encuentra abierta al público y el acceso se realiza por medio de un clásico Bedford TK con escalera hasta la puerta de acceso de la tripulación donde uno de los voluntarios, realiza el recorrido.
Durante la visita, tuve la fortuna de contar con dos voluntarios veteranos del Shackleton, Mike Hill (operador de radio) y Mike Rankin (piloto) los cuales son abiertos a compartir sus experiencias y todos los detalles de sus misiones mientras vigilaban a los submarinos soviéticos durante la Guerra Fría; incluso compartiendo anécdotas curiosas como la receta del "Honkers Stew", un guiso que se cocinaba en el limitado galley del avión y que servía para restaurar un poco el cuerpo después de 10 horas de patrulla sobre el Mar del Norte; o el detalle de que las columnas de mando del avión incluyen ceniceros.
Antes de salir del Shackleton, los voluntarios recalcan un detalle que hace de este ejemplar un verdadero tesoro; sus cuatro motores Rolls-Royce Griffon aún se encuentran operativos. En días especiales los visitantes del museo pueden verlos, y especialmente oirlos, junto con los dos Rolls-Royce Avon 301R del Lightning.
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Avro 716 Shackleton MR.3 (registro WR982), "J for Juliet" es la pieza más destacable de la colección. Este ejemplar pertenece a la última versión de producción, denominada "Phase 3" que incluía la instalación de dos turborreactores Armstrong Siddeley Viper en las barquillas de los motores 1 y 4. Fuente: No Barrel Rolls. |
En este punto, la visita se podría dar por concluida, pero el Gatwick Aviation Museum tiene aún más que ofrecer. Debido a su proximidad con el aeropuerto, hay una zona de observación detrás del Shackleton que permite disfrutar de una session de "spotting" hacia la cabecera de Gatwick o bien disfrutar de un amplio espacio y sillas para hacer un picnic dentro del espacio del museo, siempre que el clima lo permita.
El Gatwick Aviation Museum bien vale la pena la visita de un fanático "aviateril", ya que no solo exhibe aeronaves y artefactos; si no que trasmiten la parte humana detrás de ellos; queriendo agradecer especialmente a los voluntarios Ron Paterson y Steve Dale quienes me dieron el tour por el hangar principal; junto con Mike Hill y Mike Rankin por compartir sus experiencias como tripulantes de Shackleton. Gracias a voluntarios como ellos, la modesta colección del museo adquiere otra dimensión.
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de Havilland Venom FB50 (registro J1605) ex-Fuerza Aérea Suiza en restauración. La proximidad con la pista de Gatwick impuso un serio límite a la altura del hangar principal como se puede ver en la foto. Fuente: No Barrel Rolls. |
Que geniales fotos, muy lindo lugar 🫂
ResponderBorrarBuenos días estimado,
BorrarMuchas gracias por tu comentario. Así es, el Gatwick Aviation Museum es un lugar muy interesante y bien vale la pena visitarlo si se está de paseo por Inglaterra.
Nuevamente, muchas gracias por el comentario y por leer el blog.
Un saludo,