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El acceso principal al Cradle of Aviation Museum en Garden City, Long Island. El edificio principal fue inaugurado en 2002. Fuente: No Barrel Rolls. |
La ciudad de Nueva York es conocida por ser el corazón financiero y de la moda mundial, una ciudad donde nombres archiconocidos como Cornelius Vanderbilt o John D. Rockefeller, se cruzan con Calvin Klein y Donna Karan. Pero, para el fanático "aviateril" estos nombres no significan tanto ya que la "gran manzana", y por extensión el estado de Nueva York, son el origen de grandes nombres de la industria como Grumman, Seversky y su sucesora; la Republic Aviation, entre otras empresas innovadoras de la industria.
Esta nueva saga de No Barrel Rolls está dedicada a recorrer algunos lugares de atractivo "aviateril" ubicados en esta sorprendente ciudad y sus alrededores. Para evitar que NYC resulte abrumadora, la saga comenzara a unos 20 km de la misma, en el impresionante Cradle of Aviation Museum.
Ubicado en Garden City, Long Island; el Cradle of Aviation Museum se encuentra en los terrenos que algunas vez pertenecieron a la Base Aérea Mitchell de la USAF. El nombre del museo no fue aleatorio ya que esta región se la conoce como "Hempstead Plains" ("Llanuras de Hempstead" en castellano) siendo, literalmente, la cuna de la aviación desde donde se realizaron grandes hazañas aéreas como el primer vuelo en globo sobre Long Island, fechado en 1873 o el primer vuelo "a ciegas" (conocido actualmente como IFR o vuelo por instrumentos) ejecutado por Jimmy Doolittle en 1929 gracias a la tecnología desarrollada por las empresas Sperry y Kollsman de Long island.
En las cercanías al museo se encuentran los terrenos del antiguo Roosevelt Field, lugar desde donde Charles Lindbergh despegó hacia Europa en 1927. Si bien actualmente en este espacio se encuentra un centro comercial, la historia de la aviación se puede sentir en esta región.
Fundado en 1980, el museo comenzó con unos cuantos aviones en los antiguos hangares de la base aérea. A finales de la década de los 90, gracias a un importante programa de de renovación y expansión, el museo pudo reabrir sus puertas al público en las actuales instalaciones que fueron inauguradas en 2002.
El acceso al museo se realiza por un amplio estacionamiento el cual es flanqueado por "Felix 101" el último F-14 Tomcat que prestó servicio en la Armada. Luciendo las insignias de su antiguo operador, el VF-31 "Tomcatters" y el BuNo 164603; "Felix 101" es un excelente ejemplo de un F-14D, el modelo más avanzado de Tomcat.
En la puerta de acceso, el museo homenajea a la astronauta Sally Ride con una estatua erigida en 2022 donde se la puede ver sosteniendo un Space Shuttle, reconocimiento a sus dos misiones en el Challenger (STS-7 en 1983 y STS-41-G en 1984) que la llevaron a convertirse en la primera norteamericana en el espacio y la tercera mujer a nivel mundial.
En un costado del acceso del público, se puede ver un Grumman OV-1B Mohawk (registro US Army 59-2633) expuesto tras un cordón. Vale la pena recordar que la famosa "Grumman Iron Works" tenía sus instalaciones en las localidades vecinas de Bethpage, Farmingdale y Calverton; ubicadas a escasos kilómetros de las instalaciones del museo.
Al ingresar al salón central, alcanza con mirar hacía arriba para ver un Grumman F-11A Tiger (BuNo 141832) suspendido del techo y con la impresionante librera de los "Blue Angels" la escuadrilla acrobática de la Armada estadounidense. Esta librera resulta muy adecuada ya que el caza fue la montura de la escuadrilla desde 1957 hasta 1969, superando su uso como caza de primera línea.
A su lado se puede ver un biplano Fleet Model 2 de los años 20/30 que perteneció a la Roosevelt Aviation School siendo utilizado principalmente para entrenamiento de vuelo nocturno. La aeronave además de lucir los colores originales aun conserva el registro civil NC614M.
También suspendido del techo se puede ver un ejemplar de Gyrodyne RON Rotorcycle. Denominado XRON-1 por el USMC, este helicóptero personal de rotores coaxiales está diseñado para realizar una serie de misiones como observación, enlace y escape. Tras ser intensamente evaluado por la infantería de marina, se llegó a la conclusión que era muy pesado, y difícil de volar por lo que su desarrollo fue cancelado. El ejemplar del museo, registro 4014, es uno de los diez XRON-1 producidos.
Una vez superada la boletería, el recorrido comienza con la primera sala llamada "A Dream of Wings" dedicada a los primeros experimentos de vuelo como los globos de aire caliente del siglo XVIII y los primeros planeadores del siglo XIX. La sala cuenta con una recreación de una cesta de un globo de aire caliente, junto con replicas de diversos cometas como el de Alexander Graham Bell de 1907 o el de Guglielmo Marconi de 1901.
Sin duda, las piezas que llaman más la atención son las réplica a escala natural del planeador de Otto Lilienthal de 1894 y la del Aerodrome #5 diseñado y construido en 1896 por el profesor Samuel P. Langley.
Las llanuras de Hempstead
Tras el vuelo pionero de los hermanos Wright en 1903 en las playas de Kitty Hawk; la actividad aeronáutica se mudó a la región de Long Island gracias a sus amplias llanuras y la proximidad con la ciudad de Nueva York. El museo rinde homenaje a estos primeros pioneros con una réplica del Wright EX "Vin Fiz" piloteado por Calbraith Rogers en su vuelo a travez de EEUU. Despegando desde Brooklyn el 17 de septiembre de 1911, le tomó 49 días y 82 horas de vuelo llegar a Pasadena en California tras realizar 70 escalas y sufrir, no menos de 15 percances, durante el trayecto.
En esta sala se puede observar un ejemplar que es motivo de orgullo para el museo. Se trata de un Bleriot XI original, perfectamente restaurado. Con el número de serie 153, este modelo es uno de los aviones más antiguos que se preserva en el recinto y uno de los pocos Bleriot XI sobrevivientes, siendo también la primer aeronave importada a los EEUU entre 1900 y 1910.
Finalmente, se puede ver una réplica de un Herring-Curtiss No. 1 Golden Flyer. Producto de combinar el genio del pionero aeronáutico de Glenn Curtiss, con la financiación del empresario local Augustus Herring, el Golden Flyer fue comisionado por la New York Aeronautic Society en 1909 con un presupuesto de solo U$S 5,000 (alrededor de U$S 177,500 actualmente). Este avión dará inicio a la industria aeronáutica de Long island.
El avión como arma
Dejando atrás la inocencia de aquellos primeros años, la siguiente sala esta dedicada al hecho que marcó un antes y un después en la aviación acelerando su desarrollo; la Primera Guerra Mundial. Antes de ser conocida como Base Aérea Mitchell, los terrenos que ocupa actualmente el museo eran conocidos como Hazelhurst Field #2. Creado en 1917 como base de entrenamiento y depósito adyacente a Hazelhurst Field, formando parte del enorme Air Service Aviation Concentration Center ("Centro de Concentración de Aviación del Servicio Aéreo" en castellano), la mayor instalación aérea de EEUU durante la contienda.
Gracias a esto, durante 1917 y 1918 los Curtiss JN-4 Jennies se volvieron una visión bastante frecuente sobre los cielos de Long Island. Suspendido del techo, el museo exhibe uno de estos aviones, pero de los 6,813 Jennies fabricados, el del museo es especial; ya que se trata del primer avión que adquirió Charles Lindberg por la suma de U$S 500 (U$S 17,750 actualmente) en 1923.
Tras volarlo por dos años realizando exhibiciones aéreas por el país, Lindberg vendió la aeronave la cual pasó por varios dueños hasta resultar dañada en un accidente y abandonada en una granja de cerdos en Iowa. En 1970, la aeronave fue adquirida por George Dade un entusiasta local, y futuro primer director del museo, quien comenzó su restauración; aunque quedaba la duda sobre si se trataba efectivamente de la aeronave del aviador.
Lindberg fue invitado a inspeccionar los trabajos de restauración y comentó que la única manera de saber si se trataba del suyo era buscando sus iniciales en una de las costillas del ala, las cuales grabó con un cuchillo tras la compra. Tras una minuciosa inspección, una de las costillas tenía las siglas "C.A.L." grabada en ellas. El museo exhibe al Jennie suspendido del techo, mientras es exhibida en una vitrina la famosa costilla.
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La costilla alar con las siglas "C.A.L." que prueban que el Curtiss Jenny del museo efectivamente perteneció a Charles Lindberg. Fuente: No Barrel Rolls. |
Esta sala se complementa con un fuselaje de un Thomas Morse S4C Scout, el mejor caza producido en los Estados Unidos durante la contienda, fuertemente basado en el Sopwith Camel inglés; junto con diversos artefactos como motores y armas que representan el progreso de la aviación durante la guerra.
La era dorada
A continuación la colección cubre el período entre guerras en una sala llamada "The Golden Age". Aquí la pieza central es la réplica del famoso Ryan NYP "Spirit of St. Louis". La misma esta basada en un Ryan Brougham, siendo una de las tres aeronaves construidas para la producción de la película de 1955 "The Spirit of St. Louis" protagonizada por James Stewart. Esta replica es perfectamente funcional y se la puede considerar un gemelo del avión originalmente volado por Lindberg.
En la sala también se exhibe un hidrocanoa Grumman G-21 Goose (NC16913) con un elegante acabado azul brillante de Pan American Airways (PAA), la precursora de PanAm. Junto a este, una réplica de una aeronave verdaderamente rara e interesante, un caza biplano Grumman F3F-2.
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Meticulosamente construido a partir de los planos originales, el museo cuenta con un Grumman F3F-2, precursor del exitoso F4F Wildcat. Fuente: No Barrel Rolls. |
Considerado de avanzada al momento de su introducción al servicio, el F3F-2 representó el pináculo de los biplazas de la Armada estadounidense, siendo el último avión de este tipo en entrar en servicio con el arma. El F3F-2 heredó el tren de aterrizaje retráctil diseñado por Leroy Grumman e incorporado por primera vez en el Grumman FF; siendo la base para el posterior F4F Wildcat.
Esta réplica fue construida por voluntarios del museo utilizando los planos originales de Grumman, recreando fielmente cada pieza, sumándose así, a los únicos dos ejemplares originales de F3F-2 que sobreviven en colecciones de museos.
Antes de seguir hacia la siguiente sala, es bueno detenerse a admirar los objetos en las vitrinas que rodean las aeronaves, especialmente la colección de ropa de trabajo con los logos de las empresas aeronáuticas que operaban en Long Island durante la época, con nombres conocidos como la ya mencionada Grumman Aircraft, junto con: Fairchild Aircraft, Seversky Aircraft Company, EDO Aircraft Corporation y Curtiss.
La Segunda Guerra Mundial
El estallido de la Segunda Guerra Mundial y la entrada tardía de los EEUU a la misma, trajo muchos cambios en la región de Long Island, una exhibición dedicada representa cómo la industria de aviación local se adaptó para mantener la demanda de los países aliados.
La pieza central de la muestra es un impresionante Republic P-47N Thunderbolt (Registro 489444) en un diorama que representa una base aérea de avanzada en la campaña del Pacífico, completa la escena un bulldozer Clarkair CA-1. Suspendido del techo, y un planeador Waco CG-4, mientras que en el piso está la cabina de un Douglas C-47. Es muy interesante ver la vitrina que compara los equipos de vuelo entre las tripulaciones de bombarderos y la de los cazas.
Grumman vuelve a ser el protagonista en la sala, y el museo cuenta con una interesante instalación que hace referencia a la cubierta de un portaaviones en donde se puede ver al personal de apoyo interactuando con los tripulantes de un TBM-3E Avenger y un F6F-5 Hellcat. Suspendido entre ambos, se puede ver un F4F-3 Wildcat posicionado sobre una de las catapultas ubicadas en la cubierta de los hangares de los buque de la clase Essex.
Este Wildcat tiene una historia interesante, ya que resultó severamente dañado tras un apontaje de entrenamiento sobre el portaaviones USS Sable, mientras navegaba en el lago Michigan en 1943. Considerado irreparable fue empujado hacia el lago y allí permaneció hasta ser recuperado en 1990, tras una exhaustiva restauración; incorporado a la colección del museo.
Para terminar la exhibición, el museo rinde homenaje a otro de los fabricantes aeronáuticos de Nueva York; la Brewster Aircraft con una replica a escala natural de su diseño más controvertido, el F2A Buffalo. Bien vale la pena, antes de dejar esta sala, dirigirse hasta la vitrina donde unos modelos en escala muestran todos los diseños de este fabricante, incluidos el infame SB2A Buccaneer y el fallido XA-32.
Hacia la era moderna
Las siguientes dos salas están dedicadas a mostrar cómo la irrupción del motor a reacción cambió la aviación para siempre y cómo junto con otras tecnologías, catapultaron a la industria hasta nuestros días.
El piso de la exhibición está dominado por dos cazas que son fácilmente reconocibles por los fanáticos aviateriles, el primero es el Grumman F9F-7 Cougar (BuNo 130763), el único de la variante "-7" equipados originalmente con motores Allison J33 que se conserva. Mientras que el otro es un Republic P-84B Thunderjet (Registro USAF 45-59504), un interesante ejemplar de la primera variante de producción del Thunderjet.
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El museo posee en su colección el único Grumman F9F Cougar (BuNo 130763) perteneciente a la variante "-7" que se conserva. Fuente: No Barrel Rolls. |
Al levantar la cabeza, se pueden ver una serie de aeronaves muy singulares suspendidas del techo. Empezando con el demostrador a un 62% de escala del entrenador avanzado Fairchild-Republic T-46, que sería cruelmente apodado "Thunderpiglet" cuando el prototipo a escala real resultó con unas prestaciones bastante mediocres.
Otro avión singular es el Grumman G-63 Kitten, uno de solo dos construidos y el único intento de la Grumman por participar en el mercado de aviones civiles ligeros. Curiosamente, su diseñador fue Dayton T. Brown, el mismo del Brewster Buffalo. Junto a él, se puede ver el anfibio Republic RC-3 Seabee y dos productos de la Gyrodyne: el dron ASW QH-50C y el helicóptero ligero Model 2C acabado en un brillante color amarillo.
La colección cuenta con una variada selección de cabinas de vuelo, las cuales fueron utilizadas como material didáctico o con fines promocionales como la de un F-14 Tomcat, EF-111 Raven, F-105 Thunderchief, un E-2 Hawkeye o la de un A-10 Thunderbolt II, esta última pertenecía al registro USAF 77-0252 apodado "El Jefe Dragon" y decorado con un vistoso "nose art".
Rodeando estas cabinas, se encuentras dos grandes vitrinas dedicadas a modelos promocionales tanto de Grumman, como de la Republic en las que se pueden ver varios diseños que fueron cubiertos en este blog, tales como: Tomcat 21 y el XF-103 Thunderwarrior; junto con equipo de vuelo y otros artefactos.
La conquista del espacio
Ningún museo aeronáutico estaría completo sin una exhibición dedicada a los vuelos espaciales, y el Cradle of Aviation no es la excepción; ya que contiene piezas que son únicas en el mundo relacionadas con el programa Apollo. Empezando por un prototipo del Apollo Lunar Module (LEM) producido por Grumman. Se trata del LTA-1, el primero de los modelos de prueba y su función principal fue resolver los problemas de producción que podrían llegar a ser encontrados, junto con algunos ajustes en el diseño final.
Uno de estos era la forma de la escotilla de acceso al LEM, la cual fue originalmente circular. Desde un punto de vista técnico esta solución tiene mucho sentido ya que permite una distribución pareja de la presión, pero cuando sus tripulantes lo vieron, le recordaron a los ingenieros que sus mochilas eran... rectangulares; valiendo la broma de parte de los astronautas a los ingenieros de que tenían que hacer pasar algo cuadrado por un agujero redondo.
La sala donde se exhibe el LTA-1 representa las instalaciones de Grumman y se puede ver en las paredes los logos de cada misión Apollo con las firmas de los ingenieros y técnicos que estuvieron involucrados en su producción.
Seguido al LTA-1, se encuentra el LEM LM-13, producido originalmente para las misiones Apollo XVIII o XIX las cuales fueron canceladas. Donado por Grumman al museo parcialmente terminado, el mismo fue extensamente restaurado y utilizado durante el rodaje de la serie "From the Earth to the Moon" de HBO. El museo lo exhibe en un diorama representando al "Eagle" el LM-5 que realizó el alunizaje durante la misión Apollo XI.
También se exhibe un Modulo de Comando construido por Rockwell, el cual fue utilizado durante uno de los vuelos de prueba no tripulados del programa Apollo, siendo exhibido junto con los paracaídas pertenecientes al CM de la Apollo XV; los cuales hicieron todo el camino de ida y vuelta a la Luna.
Sin duda una de las piezas que más llama la atención es el simulador de misión para los LEM. Desarrollado por Link en conjunto con Grumman, fue utilizado por todos los tripulantes del programa Apollo. El museo lo tiene completo y en excelente estado de conservación.
Las vitrinas que rodean a ambos LEM están llenas de artefactos interesantes, desde modelos en escala que muestran el proceso de diseño que llevaron a cabo los ingenieros de Grumman, intentando cambiar la mentalidad de diseñar una aeronave a una verdadera nave espacial; hasta trajes espaciales, incluido uno de presión: A7L, utilizado por el astronauta Thomas Stattford mientras entrenaba para la misión Apollo X.
Asimismo, vale la pena mirar al techo en esta sala ya que se puede ver varios misiles interesantes, como un Republic JB-2, la copia de la V-1 alemana; junto con un Grumman XSSM-N-6 Rigel, entre otros misiles.
Más jets...
Al salir de la exhibición dedicada al espacio, aún falta más museo que recorrer. Atravesando nuevamente el hall central, se llega al segundo hangar de las instalaciones donde se pueden ver tres aviones muy interesantes.
El primero es un A-10A (Registro USAF 76-0535) producido en 1977 que permaneció en servicio activo hasta 1992, momento en el que fue asignado como célula didáctica para reparación de daños de combate. Actualmente está exhibido portando un pesado armamento y a su lado se puede ver la pesada "bañera" blindada de titanio que protege al piloto.
En el rincón opuesto, se puede ver uno de los dos A-6F Intruder que existen. Con el BuNo 162184, se trata del prototipo de esta variante que contaba con nuevos motores turbofán General Electric F404 (los mismos del F/A-18 Hornet) una aviónica totalmente nueva, que incluía un radar de apertura sintética Norden AN/APQ-173 y pantallas multifunción en la cabina. Gracias al APQ-173, el Intruder adquiría capacidad aire-aire, e incluso; la integración del misil AIM-120 AMRAAM. La célula fue modificada con dos estaciones de armas adicionales en las alas. A pesar de estas capacidades, la Armada canceló el programa a favor del A-12 Avenger II.
Esta sala también cuenta con la nariz completa del Boeing 707 registro 4X-ATA que fue operado por El Al y que batió dos récords mundiales. El 15 de junio de 1961, durante el tramo de regreso de su vuelo regular de Nueva York a Tel Aviv, el 4X-ATA voló 5,000 nmi (9,260 km) sin escalas, un nuevo récord de distancia para un vuelo comercial. Con una duración total de 9 horas y 33 minutos, este vuelo también estableció el récord de velocidad para la ruta de Nueva York a Tel Aviv.
Finalmente, y a falta de otra aeronave ilustre en su colección; el museo exhibe el F-14 Tomcat más viejo en existencia. Se trata del F-14A BuNo 157982, el tercer Tomcat de preproducción. Utilizado principalmente para determinar cargas estructurales y características de vuelo en condiciones extremas; el "Nº 3" voló por última vez en 1990, siendo adquirido por el museo cinco años más tarde. Este "turkey", debido a su historia, será el sujeto de su propio posteo en las próximas semanas, querido lector.
Notas finales
Visitar el Cradle of Aviation es toda una experiencia para cualquier entusiasta "aviateril". Con 75 aeronaves en su colección, el museo merece una buena parte del día. Si después de visitar todas las salas le quedó sabiendo a poco, querido lector, recuerde subir las escaleras del hall central para acceder al museo PanAm.
Fundado por antiguos empleados, esta modesta colección recorre toda la historia de la famosa aerolínea desde sus orígenes, volando hacia el Caribe, pasando por las rutas transoceánicas en sus "Clippers"; hasta imponer todo el glamour y estilo del Jet set con la introducción de los Boeing 707 y 747. Bien vale la pena una visita antes de irse.
El museo cuenta con otras actividades, especialmente orientadas a los más pequeños y un planetario que se encuentra en el hall central al cual se debe acceder pagando un adicional a la entrada regular. Si necesita sentarse y disfrutar de un café con un refrigerio, el museo cuenta con una cafetería y una tienda de recuerdos bastante bien surtida.
Otro de los atractivos es su impresionante archivo. Tras los cambios y absorciones que sufrieron Grumman y Fairchild-Republic, gran parte de sus archivos históricos iban a ser destruidos; pero gracias a la intervención del museo los mismos fueron salvados y pueden ser consultados.
Llegar al museo es bastante fácil. Puede hacerlo en auto, contando con un amplio espacio para estacionar a la entrada, o bien con transporte público. Para esto último, debe tomar el ramal a Huntington del LIRR (Long Island Rail Road) que sale desde Penn Station en Manhattan y bajarse en las estaciones de Garden City, Mineola, o Westbury y de allí buscar el bus local N16 Hempstead-Rockville Centre que tiene una parada en la puerta.
Personalmente, recomiendo tomar el LIRR en Penn Station y bajarse en Westbury. Una vez allí, llegar al museo por medio de un Uber o similar ya que es mucho más rápido. Al regreso, puede hacer el camino inverso, y en la estación de Westbury, optar por tomar el LIRR que lo deje en Penn Station o bien, en la Gran Central.
La colección del museo es tan amplia y llena de piezas únicas, que es un perfecto homenaje a los pioneros de la aviación que sembraron de hazañas a esta región. Pareciera que Long Island siempre tuvo algo que ver con todos aquellos progresos de la aeronáutica, desde el primer vuelo en solitario sobre el Atlántico hasta la llegada a la Luna; efectivamente la cuna de la aviación se ha convertido en la guardiana de una parte de la historia aeronáutica.
Quisiera agradecer a Rod Leonhard, a su equipo y a los voluntarios del Cradle of Aviation Museum por facilitarme el acceso a la colección y por la amabilidad mostrada durante mi visita. Sobretodo, quisiera agradecer por el empeño y dedicación en su esfuerzo por mantener estas aeronaves.
I would like to thank Rod Leonhard, his team, and the volunteers at the Cradle of Aviation Museum for granting me access to the collection and for the kindness they showed during my visit. Most of all, I would like to express my gratitude for their dedication and hard work in their efforts to preserve these aircraft.
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