lunes, 8 de abril de 2019

Entrevista a Gustavo Passano, propietario del B-25 "Huaira Bajo"

Este simpático cartel nos indica en que Hangar de General Rodríguez nos encontramos. Fuente: Twilvina
En esta oportunidad, No Barrel Rolls pudo entrevistar a Gustavo Passano, propietario del B-25 Mitchell "Huaira Bajo", actualmente en restauración en el Aeródromo de General Rodríguez.

Si bien cubrimos brevemente la historia de esta singular aeronave en un post anterior; hoy vamos a conocer la parte más humana del proyecto.


No Barrel Rolls: Gustavo, ¿Cómo empezó todo?

Gustavo Passano: En los últimos tiempos que volaba acrobacia, llego un momento que sentí que llegué al tope de lo que podía volar. Es decir, obtuve mi licencia de ultralivianos en el 98 con 32 años y si bien después obtuve otras como la de piloto privado, la de instructor, la de piloto de planeador y la habilitación de exhibición acrobática. Sentía que el tope de mi carrera fue hacer la publicidad volando el avión de acrobacia para el Banco Comafi.

Entonces, pensé: Voy a tratar de que el show sea el avión y no yo. Después puedo volarlo solo, o con otro copiloto; y puedo disfrutar de todo lo lindo que tiene el espectáculo aéreo o las convenciones aéreas.

NBR: ¿Por qué un B-25?

GP: Justo en ese tiempo un amigo brasilero que era un entusiasta de la aviación y que organizaba festivales aéreos en Brasil, en los cuales había participado; me invita a volar con él en Dayton, Ohio. Allí, iba a volar una réplica del Demoiselle de Santos Dumont que construyo él mismo.

Cuando llegamos a Dayton, me entero que cerca hay una conmemoración de los "Doolittle Raiders", la misma se estaba llevando a cabo en un aeropuerto cercano a la base aérea de Dayton, llamado Champagne. Ese fue mi primer contacto con la idea de poder conseguir una aeronave de ese tipo.

Durante este viaje, hablé con quien había sido mi instructor de piloto privado y me comenta que hay un B-25 tirado en Santiago del Estero; pero son esas cosas que se cuentan que parecen mitos.
Cuando vuelvo de EEUU, viajo nuevamente a la Red Bull Air Race de 2010 que se llevaba a cabo en Brasil y al regreso, un muchacho santiagueño que tiene su avión aquí, en General Rodríguez, me confirma que la historia del Mitchell es cierta y me ofreció ponerme en contacto con la Dirección de Aviación de la provincia para ver si la aeronave se encuentra a la venta.

Se puede ver el estado avanzado de la restauración. Los semiplanos están listos para ser instalados. Fuente: Twilvina
NBR: ¿Cómo fue el proceso de compra?

GP: El avión fue requisado a principios de los 70 y transferido a la provincia de Santiago del Estero en el 72-73 y voló relativamente poco para la gobernación. Con él se realizo uno de los primeros relevamientos fotográficos que se hicieron de la provincia y colaboró con el que se hizo para la represa de Yaciretá, siendo este uno sus últimos trabajos.
En un momento la operación de la aeronave dejo de ser económica y durante un vuelo de vuelta desde Buenos Aires tuvo una falla en uno de los motores y queda parado en el aeropuerto santiagueño por 30 años.
Periodo que coincide con el vencimiento de la limitación impuesta por la Aduana de su venta. (Ver este posteo anterior para saber más detalles de la historia)

En Mayo de 2010 me pongo en contacto con el Director de aviación de la provincia, quien debido a la situación legal del avión, no estaba seguro si se podía vender. Al comprobar la documentación, se inicia el proceso de venta.
El tramite fue muy largo, para realizar la transacción primero se debía valuar el avión y luego sancionar una ley provincial que habilite la venta del mismo. Recién en Diciembre de ese año pude tomar posesión de la aeronave.

NBR: ¿En qué estado estaba el avión?

GP: La aeronave se encontraba guardada en el aeropuerto de Santiago del Estero en una sección dedicada al aeroclub local. Para empezar, había partes que faltaban. Por suerte la gente del aeroclub había guardado las superficies móviles para que no se dañaran y el clima seco de Santiago ayudo mucho a que el avión no tuviera demasiada corrosión.

NBR: Luego vino el proceso de trasladarlo a General Rodríguez...

GP: Realice tres viajes, el primero fue el 2 de Enero de 2011. Era un día muy caluroso, nunca transpire tanto en mi vida. Cargamos todo lo que pudimos en un camión con acoplado y trajimos las piezas a mi hangar. En ese momento, tenía los hangares. El segundo viaje fue en Febrero, y el tercer viaje fue en Marzo. El 24 de Marzo de 2011, el Mitchell se encontraba completo en General Rodríguez.

Los motores Wright R-2600 fueron recorridos e instalados el año pasado. Fuente: Twilvina 
NBR: ¿Y sobre el hangar...?

GP: Este hangar no existía (refiriéndose al hangar donde actualmente se encuentra el B-25). Puse mis dos hangares en venta y con el producto de esas operaciones pude construirlo. Mudamos el avión en Noviembre de 2011 para empezar la restauración. Los tiempos son distintos a los que uno imaginaba, el avión hace 9 años que se encuentra acá.

NBR: ¿Cuál fue el primer paso?

GP: Lo primero que había que hacer era limpiarlo. Esta se hizo con una hidrolavadora y salió de todo; desde tierra santiagueña hasta nidos de pájaros. Después empezó el trabajo de despintar el avión; ese trabajo lo realizo Miguel, el tío de mi esposa. El despinto todo el avión aplicando una capa de removedor y la removía con cuidado para no rayar la superficie. En ese proceso descubrimos que, durante sus años, el avión tenía tres capas de pintura.

Después de haber sido despintado, se comenzó la evaluación de las partes que tenían corrosión y las que no. Así comenzó el proceso de restauración. Se removió lo que llamaríamos la "piel" de aluminio. Al revestimiento se le pasaron unos discos plásticos para remover la corrosión y se lo pinto con un anticorrosivo llamado "alodine"; esto lo que hace es oxidar y sellar la superficie.

A continuación se le aplico pintura de fondo y además, se le dio un proceso que no tienen muchos aviones, que por encima de la pintura de fondo, recibió una capa de pintura epoxi. Con lo cual; si el avión duro todo lo que duro sin esto, con lo que acabamos de hacer va a durar 200 años (comentó mientras se reía).

El primer mecánico del avión se encargo de la cabina y parte de un ala se alojo en el hangar y trabajó casi dos años en el Mitchell.

Los alerones son las próximas partes a restaurar, estando en proceso de ser entelados. Fuente: Twilvina
NBR: ¿Cuánto tiempo estimabas que te iba a llevar la restauración?¿6 años?

GP: No, la verdad cuando uno desconoce de muchas cosas, a veces uno las maximiza o minimiza. Mi pensamiento tiene un dejo optimista y siempre tengo muletillas tales como: "Esto es una pavada" o "Esto se puede arreglar". Es lo que me digo siempre a mi mismo para poder convencerme de que es posible.

Mucha gente me plantea por qué gaste tanto dinero pudiéndolo haber usado en otra cosa, pero la verdad es que estoy contento con este proyecto y su avance.

NBR: ¿Cómo conseguiste la información y documentación técnica para ayudarte en este proceso?

GP: Información técnica existe mucha en internet y es de libre acceso. Después en una localidad de California llamada Chino, hay una empresa llamada Aerotrade que tiene un B-25 restaurado y en proceso de restauración otros dos. Y repuestos, los que imagines.

Parte de la restauración requiere ponerse en contacto con mucha gente, compartir información, intercambiar partes; y también hay gente que te dona piezas. Ha venido un piloto de American Airlines y nos trajo una pieza, que fue una donación de una persona que sabía que nos faltaba y le pidió si nos la podía alcanzar.

Otra de las donaciones fueron los volantes, un señor se nos acerco en una de las convenciones y nos dijo: "Tengo un montón de partes, si usted consigue un transporte que las traiga son suyas". Y esa donación fue muy generosa.

Los resultados de la meticulosa restauración son visibles en esta foto. Fuente: Twilvina
NBR: ¿Hubo alguna figurita difícil, alguna pieza inconseguible?

GP: Lo que fue difícil fue el trabajo en el tronco central, pero no tuvo que ver con una parte. Digamos con la tecnología que hay hoy, con un CNC y con la ayuda del Autocad podes hacer cualquier pieza. Hay unas personas que están restaurando un Mitchell que se llama "Sandbar Mitchell" que era un B-25 que se usaba para luchas contra incendio y durante un vuelo tuvo un que realizar un aterrizaje de emergencia en un banco de arena en Alaska. (explicación o ancla)
En este equipo participa un chico llamado Patrick que se especializo en CNC y es capaz de realizar cualquier pieza de B-25, lo que le pidas. Tenemos una buena relación y nos intercambiamos información y nos consultamos dudas con ellos.

El recuadro en el panel de instrumentos es para instalar las radios modernas. "Nuestra intención es ponerle alguna tapa para que la misma no se vea cuando el avión está exhibido en tierra", nos comentó Gustavo. Fuente: Twilvina

NBR: ¿Que tan grande es el equipo que está trabajando en el avión?

GP: El equipo es enorme, mucha gente participó voluntariamente con su tiempo o con partes para el proyecto. Me resulta imposible nombrarlos a todos, pero su participación resultó fundamental y les estoy muy agradecido.
Alberto Picallo es quien lidera el proyecto; siendo el actual mecánico en jefe, así como José Danilo es el referente en motores y Hugo Olmi, hélices. Alberto, tiene más de 50 años de experiencia como chapista aeronáutico y trabajó mucho tiempo en Aerolíneas Argentinas, especializándose en la reconstrucción de aviones accidentados o que estuvieron mucho tiempo parados. Este proyecto es el broche de oro a su carrera aeronáutica.

NBR: ¿Cual es el grado de avance y que depara el futuro para "Huaira Bajo"?

GP: Actualmente el avión se encuentra avanzado en un 75 o 80%, lo que no se ve tanto, pero lleva mucho trabajo como: la instalación eléctrica, poner en marcha los motores, la "plomería", ya sea de aceite, combustible e hidráulica. Por suerte tenemos todas las partes necesarias. Nuestra esperanza es que en los próximos 2 años lo veamos volando.
Tenemos que estar instalando las semialas entre Mayo y Junio. Es muy importante, para antes de fin de año, tener todos sus comandos de vuelo funcionando. Los motores me encantaría ponerlos en marcha en octubre para la convención de constructores.

NBR: ¿Y cómo aprendes a volarlo?

GP: Bueno, te imaginaras que después de semejante sacrificio, no es cuestión de ponerlo en marcha, darle motor y que sea lo que Dios quiera. La misma gente de Aerotrade de Chino, California dan el curso. Lo que tengo que hacer es: o obtengo un permio especial de migraciones de E.E.U.U. para que me den el curso especifico sobre el avión; o en algún momento hacer el curso de piloto comercial norteamericano. Al ser piloto comercial norteamericano, solo se requiere una adaptación. Es muy probable que haga eso. El curso dura 5 horas y con esos conocimientos ya estoy en condiciones de volarlo.

Gustavo Passano en el hangar donde se esta llevando a cabo la restauración.  Fuente: Twilvina

NBR: ¿Cuál es tu impresión sobre el ambiente "warbird" en Argentina?

GP: El ambiente ah crecido, hay una persona en Mar del Plata que está terminando un Beech C-45. El DC-3 que esta acá atrás (N de A.: se refiere al LV-BEH, que quedo en tierra después de una falla de motor durante la convención de la EAA en 2015) está siendo reparado. Todo depende del momento económico que se esté viviendo, si la situación es mala se ralentiza. Esto es un hobby; Y creo que va mejorar el ambiente de los "warbirds", le tengo fe.

NBR: ¿Qué lecciones aprendiste del proyecto?

GP: Hay dos cosas en la vida que me hicieron muy paciente, una es el B-25 y la otra es la construcción. La construcción te enseña, como te enseñan los aviones, que si vos querés adelantar las cosas, terminas gastando el doble y al final tardas lo mismo.

Sobre el Nose Art 


GP: Había que pensar en un personaje contemporáneo, Betty Boop es de 1939 y el primer vuelo del B-25 fue en 1940. El Nose Art tenía que tener un sentido, esta Betty Boop está "argentinizada"; originalmente tiene ojos azules, a esta le pusimos ojos marrones más típica de Argentina.

Si vos miras tiene una bandeja y en la bandeja cigarrillos y whiskey que simbolizan la época de contrabandista del avión. Los cigarrillos son de una conocida marca y eso tiene que ver con una sutileza del chico que pintó el Nose Art, Gustavo Tiago, quien trabaja para la misma.
La bomba, tiene que ver con las que fueron lanzadas sobre Tokio durante el Doolittle Raid y la misma tiene las medallas de la paz que le regaló Japón a los Estados Unidos antes del ataque a Pearl Harbour. Después el presidente norteamericano se las dio a Doolittle para que se las agregue a las bombas y devolvérselas.

Otro detalle es el tajo en la falda, muy tanguero y siempre trae la liga con el corazoncito. El nombre "Huaira Bajo" significa "Viento Bajo" en quichua y no lo pusimos nosotros. Existe una leyenda de que ni a los barcos, ni a los aviones se les cambia el nombre porque es de mala suerte.
Siempre se llamo "Huaira Bajo" solo que no estaba escrito así y nosotros conservamos el nombre.

El impresionante Nose Art que adorna la nariz del B-25. Fuente: Twilvina

La actitud positiva de Gustavo es contagiosa y nos vamos del hangar, no solo agradecidos por su tiempo y su amabilidad, si no que también convencidos de que el "Huaira Bajo" volverá a los cielos. Queríamos extender nuestro agradecimiento a Silvina Brodersohn (Twilvina) por las maravillosas fotos que ilustran esta entrada.


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