Retomando donde nos dejó la primera parte de esta saga del desarrollo del Chengdu F-7. Tras evaluar su desempeño en condiciones reales, la Fuerza Aérea Pakistaní (PAF) no estaba del todo satisfecha con sus F-7P por lo que solicitó nuevas modificaciones a su fabricante.
Gracias al viento a favor político, la PAF tenía acceso a financiamiento de los EEUU para su F-7 definitivo, el llamado "Sabre II". Junto con los fondos, vinieron los proveedores estadounidenses y como reza el dicho: "Dos es compañía, tres es multitud".