Diseñar una aeronave requiere de una fuerte inversión, la cual se espera recuperar cuando este diseño sea vendido, y si el mercado ayuda, quizás obtener alguna ganancia. Claro que esa inversión inicial es la más difícil de conseguir y muchas veces es el propio fabricante quien debe incurrir en este costo.
La historia de hoy es acerca de dos fabricantes, ambos con dos diseños que prometedores, que terminaron entretejidos en una historia que los llevaría a la ruina y sus diseños, abandonados en la esquina de algún aeródromo. Esta es la historia del Ayres LM200 Loadmaster y el Let L-610.