Cualquier aeronave se diseña de "adentro hacía afuera", es decir; que la configuración general de la aeronave está fuertemente influenciada por la disposición de sus componentes internos, estando tan integrados que el diseño puede llegar a fallar cuando uno de ellos es sustituido por otro que no fue contemplado originalmente.
A veces, un fabricante opta por tomar este riesgo técnico buscando satisfacer o bien seducir a un potencial operador de uno de sus diseños. Tal es el caso de Dassault, cuando intentó adaptar un motor Roll-Royce Avon en la célula del Mirage III para garantizar el contrato con Australia.