Una tarde en el simulador

Un vuelo simulado en EF-18, el mejor plan para una tarde de sábado. Fuente: No Barrel Rolls

Mucha gente prefiere pasar las tardes de sábado paseando, especialmente si está soleado. Pero, ¿Qué mejor manera de pasar una tarde de sábado para un fanático de los aviones que volando? 

En mi caso fue un vuelo digital en el simulador de EF-18 Hornet de Aviation Group. Sus instalaciones se encuentran en el campus de la Universidad Juan Carlos I, Fuenlabrada; Madrid. Destacándose como especialistas en formación aeronáutica.

Por suerte para nosotros los entusiastas, la empresa ofrece experiencias de vuelo utilizando sus simuladores de B737, EF-18 y A320AG (este último full motion) permitiendo experimentar lo más cercano a un avión real. En cuanto ví las opciones, imaginé que volar una aeronave comercial sería interesante; pero la oportunidad de volar un Hornet, aunque fuese simulado, era demasiada tentadora para dejarla pasar por lo que contraté una experiencia de una hora llamada: "Experiencia en combate".

Al llegar fui recibido por Javier Moya, quien sería mi instructor esa tarde. Iniciamos la experiencia con un tour por las instalaciones, empezando por la sección del instituto dedicada a la enseñanza de aviónica, para a continuación pasar a la parte de aeronaves de alas rotativas donde la pieza central era un Bo-105 utilizado como material didáctico; junto con partes de otros helicópteros.

Parte del material didáctico con el que cuenta Aviation Group, a la izquierda podemos ver el Bo-105. Fuente: No Barrel Rolls

Continuando con el tour, nos encontramos con la sección de motores, donde había dos ejemplares de Allison T-56, un par de veteranos Lycoming y un motor de Boeing 757. Enfrente a esta sección, estaba la parte dedicada al entrenamiento de TCP con una cabina de Airbus para realizar prácticas con su correspondiente tobogán de abandono.

Ya era el momento de dirigirse a los simuladores, Javier muy amablemente me presenta al EF-18 que iba a "volar" ese día, siendo este el único simulador de Hornet fuera de una base militar en España.

Subite, sentate y agarrate

Representando uno de los EF-18A+ del Ejercito del Aire español, el cockpit reproducía los detalles de la aeronave, estando rodeado de una pantalla que daba un amplio rango de visión de 180º.

Tras repasar la disposición de las pantallas e interruptores, llega el momento de volar mi primera misión, una práctica de vuelo a baja altitud por el Gran Cañón del Colorado; Javier me instruye a que vuele a 450 kn (833 km/h) y no más de 300 ft (91 m) sobre el lecho del rio. Tras el briefing, toca el turno de dar gas y despegar. Al alcanzar los 160 kn, tiro de la palanca hacia atrás y... ¡tailstrike!; mi primer intento termina en una pila de pixels humeantes sobre la pista. 

La columna de humo al fondo de la imagen representa mi primer intento de volar un Hornet.
Fuente: No Barrel Rolls

No importa, se resetea la simulación e intento nuevamente; esta vez, despego de manera exitosa y pongo rumbo hacia el lecho del río. Tengo que confesar que hice un poco de trampa ya que volaba a 3,000 ft (914 m), aprovechando la parte más ancha del cañón, al menos los primeros minutos. 
Al sentirme más cómodo, fui descendiendo progresivamente; y la dificultad comenzó a escalar especialmente a medida que el cañón se iba estrechando. "Ahora llegamos a la Herradura, prepárate a hacer un giro cerrado", me advirtió Javier. Inicié el giro cerrado, "¡Cuidado, la velocidad!" pero ya era tarde, al no poder compensar el giro con potencia del motor terminé estrellándose nuevamente, esta vez con la ladera del cañón.

Tras revisar que salió mal, Javier resetea una vez más el simulador y me prepara para practicar un aterrizaje. Despego nuevamente, hago un circuito y comienzo mi descenso final... todo parecía venir bien hasta que Javier me advierte: "Vas muy despacio, acelera". Pongámoslo de esta manera: aterrizar, refiriéndose a dejar una aeronave en el suelo, digamos que lo hice; el estado en que esa aeronave quedó y sí puede llegar a volver a volar en el futuro es material de debate.

Sobrevolando el Cañón del Colorado de manera exitosa. Fuente: No Barrel Rolls

Javier me presenta un último desafío. Dejamos el Cañón del Colorado, para movernos digitalmente a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, hogar del Ala 12 equipada con los Hornet. Esta vez mi objetivo era relativamente sencillo, despegar manteniendo 400 kn (740 km/h) a una altitud de 4,000 ft (1,219 m) y enfilar hacia El Pirulí (sobrenombre que los madrileños ponen a la Torrespaña), pasar por su lado izquierdo e inmediatamente hacer un viraje cerrado hacia la derecha para siguiendo el Paseo de la  Castellana para pasar justo por el medio de los dos edificios que componen la Puerta de Europa.

A esta altura de la simulación, y con tres aeronaves destruidas en mi tally, estaba más que confiado y ejecuté la maniobra bastante bien, dándome el lujo de hacer el pase al filo de cuchillo entre los edificios y dos toneles al final.

 

Volando como un verdadero "as". Fuente: No Barrel Rolls

Pero, Javier me tenía una sorpresa, al nivelar la aeronave y poner rumbo 060º, un bandit apareció a 8 nmi (14 km) y a 4,000 ft acercándose desde las 2; era hora de tener mi bautismo de fuego. Cambié el modo del radar APG-65 a aire-aire, moví el selector de Master Arm a "Arm"; seleccioné un AIM-120 y esperé a la resolución de tiro. "Fox Three" y el misil se guió perfectamente al blanco hasta hacerlo estallar en miles de pixels. Madrid podía respirar tranquila.

¡Enemigo detectado! Fuente: No Barrel Rolls

Ese derribo marcó el final de una experiencia muy entretenida y educativa; sin duda Javier es un excelente instructor y la actividad es sumamente recomendable para cualquier entusiasta de la aviación. Sobre mi performance, digamos que como piloto soy un excelente bloguero aeronáutico.

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