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| Una fotografía simulada de finales de los 90 que muestra una realidad alternativa. Un F/A-18C Hornet con las insignias de la 11 Flotille de la Aéronavale volando sobre el Mediterraneo. Imagen generada con IA por No Barrel Rolls, basada en el arte original del usuario "fred380" del foro Digital Combat Simulator (DCS). |
El McDonnell Douglas F/A-18 Hornet es un icono de la aviación embarcada estadounidense. Desde su introducción al servicio activo a principios de la década de los 80, su distintiva silueta y su impresionante performance se volvieron sinónimo de la capacidad de la capacidad de combate de las Carrier Air Wings estadounidenses hasta ser reemplazado en 2019 por su evolución, el F/A-18E/F Super Hornet.
Sin embargo, hay un capítulo poco conocido de la historia del bug. Este caza estuvo dos veces a punto de operar desde las cubiertas de los portaaviones franceses luciendo con orgullo la cocarde de la Aéronautique navale. Esta es la historia de la fallida venta del McDonnell Douglas F/A-18 Hornet a Francia.
El primer encuentro entre Francia y el Hornet ocurrió en junio de 1978. En ese momento, la Armée de l'air (AdA por sus siglas en francés) estaba en busca de un caza que pudiese reemplazar a los envejecidos Dassault Mirage IIIC como su principal caza. Entre los candidatos estaban el Mirage 2000 el cual recientemente había realizado su primer vuelo, junto al más avanzado Mirage 4000. A pesar de tener dos fuertes competidores de parte de Dassault, el AdA recibió una propuesta de Northrop por su F-18L Hornet.
En la acera de enfrente, la Aéronavale también estaba en búsqueda de un nuevo caza pero tenía requerimientos más específicos. Su principal vector de ataque, el Dassault Étendard IVM comenzaba a ser reemplazado paulatinamente por el Super Étendard. Si bien era más capaz que su antecesor, el Super Étendard era una imposición del gobierno francés después de que una variante embarcada del Breguet Jaguar fuese descartada.
(Nota del autor: La historia del Jaguar M fue cubierta en este posteo y en su continuación; mientras que una visita al prototipo conservado en el Musée de l'Aéronautique Navale en Rochefort se puede leer aquí).
Debido a sus requerimientos operativos, la Armada francesa tenía cierta preferencia por aeronaves de origen estadounidense. Por un lado, estas estaban diseñadas específicamente para el exigente entorno naval manteniendo una doctrina operacional común con la Armada estadounidense. Esto último no era un mero capricho, ya que cualquier diseño norteamericano era producto de un encargo importante de parte de la US Navy y del USMC; lo que redundaba en un costo por unidad mucho menor, lo mismo que en una mayor disponibilidad de repuestos. Esto era algo que ningún fabricante francés podía equiparar.
Tras evaluar al Vought A-7 Corsair II y el McDonnell Douglas A-4 Skyhawk, como posibles reemplazos del Étendard IVM la Aéronavale no tenía otra alternativa que seguir adelante con el Super Étendard. Sin embargo, esta opción representaba una limitación en su capacidad de combate aire-aire requiriendo apoyo de los Vought F-8E (FN) Crusader de las flottilles 12F y 14F los cuales estaban comenzado a mostrar su edad frente a los modelos más avanzados de cazas.
Para la Aéronavale, su avión ideal sería uno que combinase capacidad aire-air, para reemplazar a los Crusader, junto con una excelente capacidad aire-suelo complementando al Super Étendard mientras los Étendard IVM restantes eran retirados de servicio. La versión embarcada del caza de Northrop, el McDonnell Douglas F-18A era, al menos en su perspectiva, un buen candidato para esto.
Debido a que ambas fuerzas estaban interesadas en el mismo aparato, la invitación del fabricante estadounidense a evaluar su prototipo fue gestionada por el agrado naval adjunto de la embajada de Francia en Washington D.C; el entonces Capitán de Fragata Michel Debray, aviador naval y antiguo comandante de la flotille 14F.
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| El objetivo del almirantazgo francés nunca fue reemplazar al Rafale M, más bien salvar el bache hasta su introducción en servicio activo. Siempre pensando en unidades de segunda mano, quedando abierta la opción de su compra o alquiler. Este ejemplar, muestra la librera azul típica de los aviones de la Aéronavale. Imagen generada con IA por No Barrel Rolls, basada en el arte original del usuario "fred380" del foro Digital Combat Simulator (DCS). |
Es así que Debray, junto con el Coronel Bonnet, jefe de la Oficina de Programas de Material (Bureau des Programmes de Matériel o BPM por sus siglas en francés) en representación del AdA se presentaron en la Base Aérea Edwards de la USAF el 28 de junio de 1978 para evaluar al caza de Northrop.
Ambos pilotos tuvieron la oportunidad de volar el prototipo del F-18L, desarrollado a partir del anterior YF-17 Cobra; en una serie de cuatro vuelos. Cada piloto tendría la oportunidad de evaluar la performance del caza primero para familiarizarse con el mismo, para luego realizar maniobras acrobáticas y simulando un combate maniobrado.
En una entrevista realizada por el sitio French Fleet Air Arm, Debray recuerda una prueba de pilotaje en donde la velocidad de la aeronave cayó a solo ¡60 kn (111 km/h) después de un rizo! Incluso a tan baja velocidad, al activar los postquemadores, el caza aceleró inmediatamente ganado altitud de una manera en la que el veterano piloto de Crusader describe como "estupefaciente".
Al recordar su combate simulado contra un F-5 que hacia de avión de seguimiento piloteado por Hank Chouteau. Al ver que el F-5 se acercaba "...desde mis 4 en punto", Debrey se limitó a encender el postquemador tirando del bastón de mando hacía atrás encontrándose en una posición de tiro ideal exactamente detrás de Chouteau "...con una facilidad desconcertante ¡Qué emoción fue oírle por la radio preguntándome dónde estaba y responderle: "En tu posición de las 6, listo para disparar!"
Aunque Debray, era critico de que la velocidad final y la taza de ascenso del caza de Northrop eran un poco más bajas que la de los F-8E (FN) en servicio, reconocía que quedó "beaucoup impressionné" por las impresionantes cualidades de vuelo y la agilidad del F-18. Este sentimiento era compartido por el Coronel Bonnet. Debray comentó que Bonnet lo llevó aparte y le dijo: "El Mirage 2000 nunca hará lo que hace este avión".
A pesar de estos abrumadores elogios, la evaluación no derivó en ningún pedido en firme. El AdA ya estaba muy comprometida con el Dassault Mirage 2000, mientras que la Aéronavale decidió continuar con la adquisición del Super Étendard, los cuales fueron declarados operativos en febrero de 1979; posponiendo la decisión sobre el reemplazo del Crusader para más adelante.
Sopla una Rafale de viento...
El paso del tiempo, al igual que con las personas, es cruel con los aviones de combate. Con la opción de adquirir cazas estadounidenses cerrada desde la política y con un presupuesto cada vez más acotado, la Aéronavale no tuvo más remedio que continuar con los Crusader, pero para finales de la década de los 80, su reemplazo pasó de ser una preocupación lejana a una emergencia.
Sobre el horizonte estaba el resultado del proyecto ACX (Avion de Combat eXpérimental, en francés), el futuro Dassault Rafale. Fruto de un esfuerzo conjunto con el AdA, el Rafale sería el reemplazo simultaneo de los Mirage 2000, Mirage F1 del AdA y de los Crusader, Super Étendard y los pocos Étendard IVP que aún quedaban en servicio. El problema es que su versión embarcada, el Rafale M no entraría en servicio hasta 1996.
Esto era inaceptable para la Aéronavale, quien veía imposible mantener una capacidad de interceptación y protección aérea de la flota creíble solo con los Crusader, los cuales no solo estaban obsoletos en su capacidad de combate, si no que también estaban llegando al límite de su vida útil. Voces en el seno de la Armada comenzaron a pedir una solución en la forma de un caza de transición; un stop-gap inmediato hasta que el Rafale M estuviera listo.
Atenta a esta situación, una delegación de Northrop había viajado a París en septiembre de 1988 para extender una oferta formal por 40 F-18 (FN) nuevos a la Armada. Esta comitiva técnica tuvo la oportunidad de inspeccionar el portaaviones Foch (R99) dónde pudo constatar que el F-18 no tendría ningún problema para operar desde su cubierta, entrando perfectamente en los elevadores. Solo siendo necesarias unas modificaciones menores a los deflectores de gases y a las catapultas.
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De haber continuado con su adquisición, se puede especular que los Hornet hubiesen lucido la librera "low-vis" que acompañó a los Crusader en sus últimos años de servicio, como en esta imagen.
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Nuevamente, la Aéronavale mira a su contrapartida estadounidense para una solución. En una entrevista para la revista oficial de la Armada "Cols Bleus", el Vicealmirante Yves Goupil, Major général de la Marine (equivalente a Jefe de Estado Mayor) hace una declaración osada: "Solo el F-18 será capaz, ya en 1993, de devolver la eficacia a la interceptación embarcada que la obsolescencia de las aeronaves actuales reduce día a día". El mismo aviador naval, Goupil proponía la adquisición de ejemplares de segunda mano para reemplazar a los Crusader y Étendard IVP de manera inmediata; mientras que el Rafale M reemplazaría a los Hornet y Super Étendard posteriormente. Ante la pregunta del cronista sobre si esto no perjudicaría la adquisición del Rafale, Goupil respondió: "[...] es difícil imaginar que la compra de unos pocos aviones de segunda mano pueda perjudicar seriamente un programa importante de al menos 400 aviones de combate nuevos[...]". Se programó una serie de pruebas de compatibilidad utilizando dos F/A-18C pertenecientes a la Sexta Flota a bordo del Foch para agosto de 1989 pero estas pruebas nunca se llevarían a cabo.
Dassault no estaba para nada complacida con el comentario del Vicealmirante. Así lo hizo saber su Vicepresidente para asuntos técnicos, investigación y cooperación, monsieur Revellin-Falcoz, cuando declaró públicamente: "¿Cómo podemos pedir a los fabricantes franceses que desarrollen una aeronave de alta tecnología para fines de defensa y, al mismo tiempo, considerar la compra de una aeronave extranjera incapaz de cumplir con las mismas especificaciones?". La pregunta incomodó al gobierno francés, haciendo que el Ministro de Defensa, Jean-Pierre Chevènement llamara a todas las partes a su despacho buscnado acercar posiciones.
La Armada insistió que la adquisición del F/A-18 era de carácter meramente temporal mientras el Rafale M estuviese listo y no tenían interés en reemplazarlo. Además, hizo hincapié en su preocupación por la obsolescencia de los Crusader y en su incapacidad para seguir proveyendo una cobertura aérea creíble sobre la flota, recalcando en el limitado número de ejemplares, entre 12 y 15, de segunda mano a ser adquiridos o alquilados para hacer la transición más suave hacia el Rafale.
Mientras las discusiones seguían al más alto nivel tuvo lugar una de las subtramas más irónicas de toda esta historia. En agosto de 1988, McDonnell Douglas estaba trabajando en un paquete de actualización y mejora para el F/A-18 llamado "Hornet 2000". El fabricante de St. Louis no tuvo mejor idea que acercarse a la filial de aviónica de Dassault, Dassault Electronique; con una propuesta para ofrecer el recientemente desarrollado radar Anemone como opción para equipar el Hornet.
Se puede especular que el ofrecimiento debe haber dejado perplejos a los ejecutivos franceses, preguntándose si se trató de una propuesta comercial real o una broma de mal gusto.
Dassault se aferró a su posición con dientes y uñas, utilizando todo su poder de lobby para forzar al gobierno francés a tomar una decisión. La visita en diciembre de 1989, del Secretario de Defensa estadounidense Dick Cheney discutir la posible transferencia en caliente de los Hornet no hizo más que crispar los nervios del fabricante francés. Finalmente, el Palacio del Elíseo tomó una decisión tajante. El Rafale M es y será, para satisfacción de Dassault, la única opción para la Aéronavale solicitando además que se priorice su desarrollo frente a la variante del AdA.
Como premio consuelo, 17 F-8E (FN) fueron llevados al nivel F-8P ("P" de "prolongé", literalmente "extendido" en castellano). En esta modernización se revisaron por completo los sistemas hidráulicos y eléctricos, se reforzó la estructura para mitigar los problemas de fatiga y se instaló un nuevo asiento eyectable Martin-Baker. Además, su aviónica fue sustancialmente mejorada, reacondicionándose el radar y los controles de vuelo, mientras que se instalaron nuevos sistemas IFF (Identification Friend or Foe), receptor de alerta radar, GPS TACAN y un sistema de navegación inercial. El primer Crusader modernizado fue entregado en enero de 1993.
Una pregunta que aún resuena
Los F-8P no duraran mucho en servicio, ya que comenzaron a ser retirados paulatinamente a partir de 1999, hasta su baja definitiva en 2002 tras 35 años de servicio activo en sus células. El rechazo al Hornet implicó que el venerable caza de la Vought se vio operando en condiciones donde era poco lo que podía hacer si un enemigo bien decidido hubiese apuntado sus armas hacia la flota francesa.
Prueba de esto fue su despliegue como parte del ala aérea embarcada del Foch durante la Mission Capselle en 1989, para rescatar ciudadanos y diplomáticos franceses del Libano. Se consideró que la principal amenaza para el portaaviones y su grupo de combate serían los MiG-29 sirios y quedó claro que de haberse materializado la amenaza, era poco lo que los F-8 podrían hacer.
Esta situación trajo el amargo recuerdo de la Crisis del Suez de 1956 al almirantazgo francés. En esa oportunidad los Vought F4U Corsair de la Aéronavale estaban en completa desventaja frente a los MiG-15 egipcios. Justamente, sería esta situación la que resultó en la adquisición de los Crusader....
La historia del Hornet con la cocarde de la Aéronautique navale es algo más que una venta fallida; es la colisión de una visión estratégica, necesidades operativas urgentes, la decisión política de concentrar toda la producción de cazas en un solo fabricante y una sistemática falta de presupuesto. Los pilotos franceses sabían que el Hornet era un caza extraordinario, los almirantes eran más que consientes que necesitaban desesperadamente un interceptor moderno para proteger a su flota. Serán la política industrial y las restricciones presupuestaria; en lugar de las necesidades operativas y la performance las que llevarían a la decisión final.
En retrospectiva, se puede decir que la decisión de proteger el Rafale a toda costa fue correcta, después de todo, es uno de los cazas más formidables actualmente en servicio. Sin embargo, se apostó con una brecha de diez años en una capacidad de combate crítica de la Aéronavale; donde de haber perdido el resultado podría haber sido desastroso.
Vale la pena preguntarse, querido lector, ¿Cómo podría haber cambiado la proyección del poder naval francés si el Hornet hubiese operado desde las cubiertas del Foch y el Clemenceau?
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| Una imagen especulativa sobre como se podría haber visto la plataforma de la base aérea de Landivisiau para finales de los 90, con los Hornet alineados listos para despegar y la cocarde en sus alas. Imagen generada con IA por No Barrel Rolls, basada en el arte original del usuario "fred380" del foro Digital Combat Simulator (DCS). |
Fuentes:
- Redacción. (Octubre 21, 1989). Une Interview du VAE Goupil. Cols Bleus. Vol.?(2052) p.4-6.
- (Octubre 1996). Anemone. Forecast International.
Disponible en: https://www.forecastinternational.com/archive/disp_old_pdf.cfm?ARC_ID=1556 - Donald, D. Carrier Aviation Air Power Directory. Londres; Reino Unido: AIRtime Publishing Inc., 2001.
- Webmaster. (Febrero 16, 2011). McDonnell Douglas F-18 (FN) Hornet. French Fleet Air Arm.
Disponible en: http://www.ffaa.net/projects/hornet/hornet_fr.htm - Webmaster. (Diciembre 19, 2014). La non-commande de F/A-18 Hornet pour l'aéronavale : un trompe l'oeil ?. Le Fauteuil de Colbert.
Disponible en: https://lefauteuildecolbert.blogspot.com/2015/02/la-non-commande-de-fa-18-hornet-pour.html
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